Lo ha posibilitado Maleni, pero Duran Lleida exige que nadie se mueva antes de las generales

El líder convergente, Artur Mas prepara su último movimiento para recuperar la Presidencia de la Generalitat. Último, porque si fallara, abriría una crisis en el partido y lo normal es que fuera sustituido.

El plan consiste en cerrar un acuerdo con los republicanos independentistas de Josep Lluis Carod. Como se puede ver en los resultados electorales de 2006, CIU y ERC suman 69 diputados, en una cámara de 135. Ni tan siquiera necesitarían  de IC. La única condición es que sea Artur Mas, como representante del partido más votado, quien ocupe la Presidencia.

La idea ha surgido de la manifestación del pasado sábado, donde, se consiguió un importante aforo a pesar de la oposición a la convocatoria, tanto de los socialistas como del Partido Popular. Lo que era una concentración contra el  desastre de las infraestructuras se convirtió en reivindicación soberanista. La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, ha excitado el nacionalismo catalán, que se siente ofendido por España en general y por Maleni en particular.

Recordemos que en 2006 CIU obtuvo unos estupendos resultados en sus primeras elecciones sin Pujol. La buena relación entre ZP y Mas auguraban un pacto social-nacionalista en toda regla. Y así lo intentó el presidente del Gobierno, pero se interpuso José Montilla que se echó en manos de ERC e IC. Por decirlo así, el PSC ha echado a Mas en manos de ERC.

Eso sí, no habrá pacto hasta después de las elecciones generales de marzo. Y no sólo por el efecto arrastre de las generales en Cataluña sino porque Duran Lleida se niega en redondo. Durán aún juega a hacerse indispensable en el Gobierno de España. Y ese partido se juega en Madrid.