• Gil Tamayo señala que "la eliminación de un ser inocente nunca es la solución".
  • El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española afirma que los obispos quieren recordar de nuevo el valor sagrado de la vida humana.
  • La reforma de la ley del aborto ha sido uno de los temas tratados en la CCXXX reunión de la Comisión Permanente, que se reunió los días 28 y 29 de enero.

Hay muchas personas que echaban de menos un pronunciamiento conjunto por parte de la Iglesia en España en relación a la reforma de la ley del aborto emprendida por el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón. Ya que hasta el momento solo había opiniones personales, como la del obispo de Alcalá de Henares (Madrid), Monseñor Juan Antonio Reig Pla, que reconoció que "es menos mala que la ley actual promovida por el Gobierno anterior y que defendía el aborto como un derecho de la mujer", pero una ley "inicua". 

Pues bien ya ha llegado la respuesta del conjunto de los obispos españoles, que está en la línea de la postura de Reig. Este jueves el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo (en la imagen), ha ofrecido una rueda de prensa para informar de los temas tratados en la CCXXX reunión de la Comisión Permanente, que se celebró los días 28 y 29 de enero.

Los obispos españoles han reflexionado en esta reunión sobre el Anteproyecto de Ley de Protección de la Vida del Concebido y los Derechos dela Mujer Embarazada presentado por el Gobierno actual y reconocen que es un "avance positivo con respecto a la legislación vigente, que considera el aborto como un derecho". Pero apuntan que una ley del aborto, "por muy restrictiva que fuera, seguiría siendo injusta", pues "nadie tiene derecho, en ninguna circunstancia, a quitarle la vida a un ser humano inocente".

Asimismo quieren recordar de nuevo el valor sagrado de la vida humana, desde la concepción hasta su fin natural. Además son partidarios de hacer políticas sociales y leyes de acompañamiento a favor de los más necesitados y débiles. "La eliminación de un ser inocente nunca es la solución, porque en ese caso acabaríamos en el mundo con el hambre eliminando a las personas y así se tocaría a más", ha añadido Gil Tamayo.

Respecto al supuesto de malformación, el secretario general y portavoz de la CEE ha sido muy claro al afirmar que "eliminar a un niño con malformaciones sería seleccionar la especie y supondría abrir la puerta a la inhumanidad". Además recuerda las palabras del Papa Francisco, que ante los embajadores acreditados en la Santa Sede señaló que "la paz se ve herida por cualquier negociación de la dignidad humana" y mencionó como uno de los horrores de la "cultura del descarte" el hecho de que muchos niños no lleguen nunca a ver la luz, víctimas del aborto.

Pero esta no es la única vez que el Pontífice ha hablado sobre el aborto, pues en su primera Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium, ya refirió que "el aborto no es un asunto sujeto a supuestas reformas o modernizaciones" porque "no es progresista pretender resolver los problemas eliminando la vida humana".

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com