La última oportunidad

Son nueve puntos, en la encuesta Gallup, quizás la más sería, aunque insisto: Estados Unidos no sólo es un país muy grande sino vuelto sobre sí mismo. Sería un error creer que los que defienden los ciudadanos de Nueva York y de Washington representan al conjunto del país.

En cualquier caso, lo bueno, o malo, de las encuestas es que no tenemos otra percepción objetiva -lo cual no es sinónimo de verdadera- que la demoscopia, y la demoscopia dice que Obama va a arrasar a McCain.

Razones: McCain ha abandonado las cuestiones morales (sociales, que diría el señor Zapatero) para centrarse en la economía. Y no es que aquí -como asegura el omnipresente mariachi progre europeo- Obama esté más fuerte que McCain. Es que ambos dicen lo mismo, siendo que el presidente del país durante el estallido de la crisis y desde hace ocho años es un republicano.

Aún peor, fíjense lo que va de una candidata como Sarah Palin, que parte de una serie de principios, a otro que sólo parte y sólo llega hasta las leyes del mercado: Mientras Mcain metía la pata -para regocijo de Obama- hablando del gran plan de George Bush, su segunda hablaba del bien común, y aseguraba que no se puede permitir que nos chantajean con nuestros ahorros. Eso es exactamente lo que les están haciendo a los norteamericanos en Estados Unidos y ahora en toda Europa. McCain, Obama y Bush han optado por la plutocracia, por pagar a los especuladores con el dinero de todos. Es comprensible que lo haga Obama. A los progresistas del cambio siempre le han gustado mucho los millonarios, pero resulta incomprensible que McCain se haya metido en ese charco.

Le queda un debate. Económicamente no tiene recorrido, y tampoco creo que la política exterior y de seguridad asegure nada.

El giro de timón tiene que ser la vuelta a los principios. Si en economía todo el mundo está de acuerdo, si en política exterior el asunto de Irak puede estar agotado, la baza de McCain-Palin, es la más importante de todas: los principios no negociables, frente a un abortero de dimensiones cósmicas como es Obama, un hombre para el que la vida humana no parece tener ningún valor, un hombre con una filosofía new age verdaderamente triste, un producto del desgraciado declive del Partido Demócrata hacia el tonti-progresismo europeo, un desastre muy similar para Estados Unidos al que Zapatero ha representado para España.

Y a McCain cada vez le queda menos tiempo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com