Seguro que muchos ya han elegido destino de vacaciones o, mejor aún, ya están disfrutando de ellas. Pero también habrá muchos otros que todavía están cerrando vuelos, hoteles o excursiones varias. O peor aún están inmersos en ese auténtico quebradero de cabeza que supone la preparación de la maleta. Hay que elegir bien la ropa en función de los días y el destino, tener bien seleccionado (y que quepa) un calzado adecuado y no olvidarse de la parte tecnológica (teléfono, tablet, cámara de fotos, y sus respectivos cargadores). Y por supuesto, llevar bien ordenada toda la documentación que podamos necesitar durante el viaje y en nuestro lugar de destino.

Pero junto a todo ello, también debemos dejar un hueco para una parte igual de indispensable que las anteriores pero más saludable que ninguna, el botiquín de viaje. Además, no importa el destino. Tanto si hemos elegido un lugar muy exótico como si vamos a quedarnos en territorio nacional es preciso viajar con un kit básico ante cualquier eventualidad sanitaria.

Es recomendable que cualquier viajero enfermo lleve consigo el nombre y datos de contacto de su médico junto con los otros documentos de viaje, e información sobre su situación y tratamiento

Los que nunca se olvidan de preparar su botiquín de vacaciones son aquellos que padecen una enfermedad crónica o que en ese momento están tomando alguna medicación de forma habitual, según reconoce la doctora Maravillas Carralón, especialista de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid. En estos casos, es preferible llevar consigo el doble de dosis previstas para los días que vamos a estar fuera de casa, colocarla en maletas separadas por si se pierde parte del equipaje y llevar siempre la receta o una copia del historial médico, en especial si vamos a salir al extranjero.

Otros grandes precavidos con el botiquín son quienes viajan con niños. En estos casos no suelen faltar un termómetro; paracetamol y/o ibuprofeno, para la fiebre o el dolor; y material general de curas, desde tiritas a gasas estériles, esparadrapos, algodón o desinfectante, ha explicado la doctora Carralón.

A todo ello es bueno sumar repelente de mosquitos (sobre todo si vamos a zonas costeras o húmedas), corticoides o antihistamínicos orales, sales de rehidratación orales, laxantes y protector solar. Algo que muchos llevan, pero no en el botiquín.

En cualquier caso, antes de iniciar un viaje, sobre todo a según qué países, es preferible acudir a alguna de las unidades del viajero que hay en los hospitales mejor dotados del país, asegura la doctora Carralón, ya que en ellas hay especialistas preparados para informar de las medidas preventivas y recomendaciones generales para cada destino, desde vacunas u otros medicamentos, a consejos sobre nutrición o sobre cómo reaccionar de urgencia ante cualquier episodio que afecte a nuestra salud.

Grandes precavidos con el botiquín son quienes viajan con niños. En estos casos no suelen faltar un termómetro; paracetamol y/o ibuprofeno, para la fiebre o el dolor, entre otros medicamentos

Es recomendable que cualquier viajero enfermo lleve consigo el nombre y datos de contacto de su médico junto con los otros documentos de viaje, e información sobre su situación médica y tratamiento, además de los detalles sobre la medicación (No debe olvidar incluir los nombres genéricos de los medicamentos que consume) y las dosis prescritas. Esta información debe igualmente guardarse en formato electrónico para poder recuperarse a distancia (por ejemplo, en una base de datos segura). También es necesario llevar un informe del médico, certificando la necesidad de los medicamentos u otro material sanitario (ej. jeringuillas) que lleve el pasajero, que pudiera ser solicitado por los oficiales de aduanas y/o personal de seguridad.

Es importante también no olvidar contratar un seguro de viajes y declarar cualquier condición de salud subyacente a su compañía aseguradora. Cualquier persona que viaje al extranjero debe saber que a menudo sólo se dispone de asistencia médica en centros médicos privados y que ésta asistencia puede ser muy cara.