Distinguir entre una cefalea y una migraña puede marcar la diferencia en la calidad de vida de quienes sufren dolor de cabeza con frecuencia. Aunque ambos términos suelen emplearse como sinónimos en el día a día, sus características y su impacto en la salud son muy distintos.
El Dr. Alberto González Plata, neurólogo en el Hospital Quirónsalud Clideba, lo resume así: “La principal diferencia es que, mientras la cefalea tiene unas características distintas dependiendo de la causa que la origine, la migraña tiene unos síntomas bien definidos”.
300 tipos de cefaleas
El dolor de cabeza, técnicamente denominado cefalea, es uno de los síntomas más comunes en la consulta médica. Se estima que más del 90% de la población experimentará algún episodio de cefalea a lo largo de su vida. Sin embargo, no todas las cefaleas son iguales ni tienen el mismo origen: existen más de 300 tipos, que se dividen principalmente en dos grandes grupos: las cefaleas primarias y las secundarias.
Se estima que más del 90% de la población experimentará algún episodio de cefalea a lo largo de su vida. Sin embargo, no todas las cefaleas son iguales ni tienen el mismo origen
La cefalea, como tal, no es una enfermedad en sí misma, sino un síntoma que puede tener múltiples causas. Por eso, los especialistas insisten en prestar atención a las denominadas “señales de alarma”, como el despertar brusco por el dolor, la aparición de picos intensos en el primer minuto o el agravamiento del dolor al toser o estornudar. Estas características pueden indicar la presencia de un problema de base que requiere atención médica inmediata.
Migraña: la más incapacitante
En el caso de la migraña, nos encontramos ante una de las cefaleas primarias más frecuentes y, sin duda, la más incapacitante. La migraña se produce por una serie de cambios moleculares en el sistema nervioso, que desencadenan un cuadro de dolor característico, casi siempre localizado en un solo lado de la cabeza, de tipo pulsátil y de intensidad moderada a severa, que además se puede incrementar notablemente con los movimientos. A este dolor se asocian otros síntomas como náuseas, vómitos, hipersensibilidad a la luz (fotofobia), a los ruidos (fonofobia) y a los olores (osmofobia).
En España, cerca del 13% de la población padece migraña -unos 5 millones de personas-, una cifra que pone de relieve la magnitud de esta patología. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la migraña es la principal causa de discapacidad en adultos menores de 50 años, lo que evidencia que no se trata de un simple dolor de cabeza, sino de una enfermedad con importantes repercusiones sociales y laborales.
En España, cerca del 13% de la población padece migraña, que pone de relieve la magnitud de esta patología. Según la Sociedad Española de Neurología (SEN), la migraña es la principal causa de discapacidad en adultos menores de 50 años
¿Migraña o cefalea?
La pregunta clave es: ¿cómo saber si estamos ante una migraña o una cefalea común, por ejemplo, de tipo tensional? La respuesta está en las características del dolor y los síntomas asociados. Mientras que el dolor de la migraña suele ser unilateral, pulsátil y va acompañado de síntomas como los mencionados anteriormente, la cefalea tensional se manifiesta como un dolor opresivo, de menor intensidad, que afecta a toda la cabeza y no suele asociarse a náuseas o intolerancia a la luz o el ruido.
Esa dificultad para distinguir refuerza la importancia de consultar con un especialista ante cualquier dolor de cabeza recurrente o incapacitante. Y es que la migraña es una enfermedad infradiagnosticada, hasta el punto de que cuatro de cada diez personas no tienen ningún tipo de diagnóstico ni tratamiento, lo que aumenta el riesgo de que la enfermedad se cronifique y termine afectando a nuestra calidad de vida.
Aprender a diferenciar una cefalea de una migraña permite recibir el tratamiento adecuado. La información, la consulta médica y el seguimiento por parte de especialistas son las mejores herramientas para afrontar y manejar estas patologías tan comunes, pero que pueden ser altamente incapacitantes si no se diagnostican y tratan a tiempo.
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