El Pleno del Congreso ha rechazado las enmiendas a la totalidad a la reforma de la ley del aborto presentadas por PP y Vox, así como el texto alternativo de Ciudadanos, por lo que la Ley impulsada por el Ministerio de Igualdad seguirá su camino parlamentario. Recuerden que esta Ley es homicida, mentirosa, majadera y ordinaria.

En resumen, esta Ley deja el aborto libre, gratuito y público, también para menores de 16 y 17 años, facilita el acceso a las píldoras anticonceptivas, reparte gratuitamente métodos barrera de anticonceptivos en centros educativos, sociales y penitenciarios, mata conciencias, en esta ocasión, de los sanitarios, tanto de médicos como de farmaceúticos, incluye la educación sexual y establece su obligatoriedad en todas las etapas educativas. Además, elimina los días de reflexión y la información.

La majadería es tal, que el aborto se ha convertido en un derecho y en política social. Son las tres etapas: primero se pide aborto libre, luego aborto gratuito, finalmente te fuerzo a un aborto obligatorio, previa censura a los provida. Es lo que Cristo llamó la blasfemia contra el Espíritu Santollamar mal al bien y bien al mal.

Cómo no, se ha utilizado el vídeo publicado esta mañana del Colegio Mayor Ahuja para mostrar lo necesario de esta ley, según la señora Montero demuestra que es necesaria la educación sexual. Y ojo, porque hoy también se votaba la Ley del Bienestar animal, es decir, que el mismo día que sus señorías niegan los derechos de un niño se los reconocen a los animales. 

Y más, RTVE, con la imparcialidad que la caracteriza, entrevista a una doctora que dice que los médicos en realidad sí quieren realizar abortos pero que se sienten presionados para no hacerlo por las represalias por motivos ideológicos. No es que los médicos, obligados a apuntarse en un registro de objetores, se vean señalados y puedan ser perjudicados, no, es que en realidad quieren practicar abortos, pero tienen miedo al acoso. ¡Toma ya!

Lo más importante, siguen sin preguntar en el Congreso a la señora Montero, si abortar es matar. Y sí, resulta que lo es. Pero nadie levanta la voz e Irene Montero se hincha a decir barbaridades.