Tercera vez en el año y medio en que Pedro Sánchez viaja a Mauritania a suplicar al Gobierno de Nuakchot que neutralice a las mafias que envían cayucos a Canarias. Sin duda, tercera tomadura de pelo al presidente del Gobierno español.

La promesa de fondo es la misma: te daré más dinero si dejas de enviarme cayucos: les darán más dinero y seguirán enviando cayucos de desesperados que pagarán 5.000 euros por travesía

A ver si nos entendemos: Mauritania es una república islámica, donde rige la sharia. La relación histórica entre islam y esclavismo es de arraigo a lo largo de los siglos. Y, una vez más, como en tiempos de Cervantes, los musulmanes trafican con esclavos negros. 

Por tanto, la República islámica de Mauritania se burla de Sánchez... y de España. Es el mismo Gobierno de Nuakchot el que coordina las mafias que comercian con los inmigrantes ilegales que llegan a Canarias. Es decir, el presidente español Sánchez suplica al jefe de la mafia que reduzca el negocio de las mafias. El resultado es previsible.

La promesa de fondo es la misma: te daré más dinero si dejas de enviarme cayucos: les darán más dinero y seguirán enviando cayucos de desesperados que pagarán 5.000 euros por travesía

Y ojo, la promesa de fondo es la misma: te daré más dinero si dejas de enviarme cayucos. La respuesta es: sí, dame más dinero y te seguiré enviando cayucos repletos de desesperados que pagarán 5.000 euros por travesía. 

Por si todo esto no bastara, Mauritania es el instrumento del islamismo radical que utiliza el vecino del norte, el Marruecos de Mohamed VI, para desestabilizar Europa Occidental, especialmente España. Pero que conste que los malos, los realmente malos, son los ultras de Torre Pacheco.

A lo mejor los españoles tenemos lo que nos merecemos. A Sánchez, sin ir más lejos: en julio de 2023 le votaron 7,8 millones de compatriotas... y ya lleva cinco años en el poder.