El pasado mes de diciembre, el Parlamento portugués aprobó la ley de eutanasia por tercera vez. Pero en enero, el presidente de Portugal, el católico Marcelo Rebelo de Sousa, volvió a bloquear por tercera vez la ley de eutanasia,  como recogió Hispanidad.

El presidente de la República Portuguesa, que es católico y es también el político mejor valorado en el país, ha usado distintos mecanismos para bloquear la norma ya tres veces.

Y lo ha vuelto a hacer: tras la aprobación el pasado 31 de marzo por cuarta vez de la eutanasia y el suicidio asistido por el Parlamento portugués (con el apoyo de la mayoría de los socialistas, del Bloco de Esquerda, Iniciativa Liberal, Livre y del animalista PAN), el presidente portugués Rebelo de Sousa ha vuelto a vetar la ley.

Y en esta ocasión, lo que ha argumentado el presidente es que la Asamblea de la República debe "clarificar" varios puntos introducidos en el texto.
 
Por ejemplo: dado que la eutanasia se reserva a situaciones en las que una persona esté impedida físicamente, debe quedar claro "quién define la incapacidad física del paciente para administrar los fármacos letales”. Además, aboga por aclarar "quién debe garantizar la supervisión médica durante el acto de la muerte asistida".

Considera ambas aclaraciones necesarias habida cuenta de la "sensibilidad" del tema y de la "brevísima" tramitación parlamentaria. Ve "prudente" especificar cuestiones conceptuales en torno a la reforma, según consta en la carta remitida al Parlamento.