Decíamos horas atrás que, si cae Polonia, la descristianización de la Europa oficial sería total. 

Pues no. Al final, por la mínima, las elecciones presidenciales polacas han sido ganadas, por la mínima, por el candidato católico, proveniente de Solidaridad, aquella maravilla de sindicato que tumbó al comunismo soviético. El vencedor es un historiador que lleva por nombre Karol Nawrocki, al que siempre ha apoyado al único dirigente ejerciente de Solidaridad, hoy presidente del Partido Ley y Justicia (PiS), Jaroslaw Kaczynski.

El perdedor es el progresista, discípulo del primer ministro Donald Tusk y al que tantos medios daban como ganador, Rafal Trzaskowski. Y aunque el poder en Polonia seguirá en manos del sinuoso Donald Tusk, en la Constitución polaca, el presidente tiene algo que decir.

Es curiosa la reacción de los medios españoles, que pasaron de anunciar la segura victoria del perdedor a dar cuenta de la victoria de quien defiende los principios no negociables de Benedicto XVI, con la curiosísima afirmación de que el triunfo de Solidaridad demuestra que Polonia está polarizada.

Eso se llama solemnizar lo obvio, dado que un candidato obtuvo poco más del 50 y el otro no llegó al 50% por los pelos.

En cualquier caso, la Europa cristiana se resiste a morir, sabedora de que, sin los ideales cristianos, Europa resulta una degeneración permanente. 

Y así, quedan en pie Polonia, Hungría, algo Italia y los rescoldos cristianos en España, Francia y, quizás, Bélgica. Y ahora es curioso que esos cristianos sean llamados hoy ultraderechistas por parte de los católicos 'moderaditos'. 

Naturalmente el vencedor de las presidenciales polacas es un ultra. Se dedica a ir por las calles de Varsovia y Cracovia, matando feministas y homosexuales.

Porque la clave no está en que gane el progresista o el conservador; el problema de Europa, antes cristiano es el aludido: que todo cristiano ha pasado a ser un ultra.

¿Nawrocki es un ultra? No, es cristiano.

¿Nawrocki es antieuropeo? No lo que ocurre es que como todo cristiano o como cualquier persona con sentido común, disiente de la degeneración progresiva de la eurocracia bruselina, donde impera el despertar, la ideología de género y la corrupción progre.

¿Nawrocki es pro Putin? Ningún polaco es pro ruso. Pero recuerden que fue el partido que le patrocina, Ley y Justicia, el que estando en el Gobierno, más directamente se enfrentó a Putin y que a más ucranianos acogió: unos 2 millones de ellos.

Pues da lo mismo; resulta que Solidaridad, los que acabaron con el comunismo soviético, para la estupidez bruselina es ahora un 'aliado' del heredero de la Rusia soviética, un tal Vladimir Putin.

Entonces, ¿qué es lo que molestó al candidato ultraconservador? Que defiende los principios cristianos, sencillamente.

Y a la muy democrática y democristiana Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea le da un soponcio en Bruselas.