Recogía Hispanidad esta semana las declaraciones del Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, en TVE, acerca del Sáhara, en las que aseguraba que la postura de España "era y es la de la UE".

Sin embargo, como se recordará, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cambió en junio la histórica postura de España a favor de un referéndum de autodeterminación del Sáhara --lo que dice la ONU, por cierto-- por la de Marruecos, que es conceder al Sáhara una cierta autonomía pero siempre bajo la soberanía de Rabat. Las palabras de Sánchez para justificar el cambio de postura de España fueron: "47 años deberían ser suficientes para entender que tenemos que mover nuestras posiciones". Y con ello cabreó a Argelia. 

Así que Marruecos estaba encantado con el cambio de posición de España a favor de sus intereses cuando a Borrell se le ocurre decir en TVE que la postura de España "era y es la de la UE", o sea, un referéndum de autodeterminación.

Ante esas declaraciones de Borrell, y con el país todavía conmocionado con las imágenes de su rey Mohamed VI supuestamente borracho en París, los marroquíes han entrado en trepidación y se han puesto muy nerviosos. Y por eso, ayer, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, expresó la contrariedad de Marruecos, diciendo que su país "lamenta esta declaración que no refleja ni la posición de España ni la de la UE frente al Sáhara”, y calificó esta declaración de “error de expresión”. “Hablamos con Josep Borrell para aclarar sus declaraciones” y “se ha reproducido una declaración corregida”, ha dicho el ministro, según recoge La Razón.

¿Qué 'declaración corregida' es esa?

Al parecer, ayer mismo, según informan medios marroquíes y añade La Razón, la Unión Europea apoyó, en un comunicado, una solución política, justa, realista, duradera y mutuamente aceptable para la cuestión del Sáhara, de conformidad con las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, en particular la la resolución 2602, que aboga por la continuidad del proceso de mesas redondas como único marco para la solución del diferendo regional.

Una declaración al más puro estilo diplomático, que no se sabe muy bien lo que quiere decir, seguramente para aplacar el cabreo de Marruecos…

Pero lo dicho: Marruecos entra en trepidación, por ver a su rey tambaleándose y por la contradicción de Borrell al Gobierno español.