Los líderes de los países integrados en el G-20 se han reunido este fin de semana en Roma donde han acordado mantener el techo del calentamiento global en 1,5 grados. En la cumbre, se reafirmaron en la meta de "tomar acciones decisivas y efectivas que garanticen que el aumento de las temperaturas a nivel global se modera por debajo de 1,5 grados centígrados”. 

En esa cita, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que la cumbre climática debería marcar “el punto de partida de una década de ambición e innovación” para combatir el cambio climático, que él considera una “amenaza existencial”. “Esta es la década que determinará las próximas generaciones. Es la década decisiva en la que tenemos la oportunidad de demostrarnos que podemos mantener la meta de limitar el calentamiento a 1,5 grados”. “Ninguno de nosotros puede escapar de lo peor de lo que vendrá si no logramos aprovechar este momento”, enfatizó, recogió Mercopress

Sin embargo, se da la circunstancia de que, en la misma Roma, Biden acudió con una caravana de 85 vehículos blindados y contaminantes, según recoge Libertad Digital del digital Metro y el DailyMail. 

Por cierto que, en Roma, Biden tuvo tiempo de ver al Papa Francisco y de manipular sus palabras…