A poco más de un mes para el comienzo de las primarias presidenciales republicanas, con los caucus de Iowa como pistoletazo de salida, que se celebrarán el próximo 15 de enero, esta semana ha tenido lugar el cuarto debate entre los candidatos.

Lo único que ha cambiado en este debate, es que cada vez quedan menos aspirantes en liza, ya que varios han retirado su candidatura en las últimas semanas ante sus nulas expectivas de intención de voto. Ha sido el caso del exvicepresidente Mike Pence, el senador Tim Scott o el gobernador Doug Burgum.

Por este motivo, ya solo quedan 6 candidatos en la carrera, incluido el expresidente Donald Trump, quien lidera de forma abrumadora los sondeos.

Como ya contamos en Hispanidad, Trump rechazó participar en cualquier debate dado que la organización del partido exigió firmar un manifiesto de lealtad, que requería apoyar al candidato del partido que resultase victorioso en las primarias. Es lógica la postura de Trump, y es que a pesar de que se alzó con una victoria rotunda tanto en las primarias presidenciales republicanas de 2016 como de 2020, no solo no se obligó desde el partido a apoyar su candidatura sino que dirigentes del establishment histórico hicieron campaña en su contra. ¿Por qué entonces Trump iba a firmar tal manifiesto de lealtad cuando nunca se la manifestaron a él como candidato? Y lo cierto es que sin el expresidente en el foro, los debates han devenido irrelevantes.

Una vez más, la voz cantante del debate la llevaron los republicanos progresistas Chris Christie y Nikki Haley, quienes se limitaron en su estilo, a insultar de manera salvaje, pero sin aportar idea alguna. En el caso de Christie, se dedicó a cargar contra el gobernador de Florida, Ron DeSantis, a quien exigía que afirmarse que Donald Trump no es apto para ser presidente. DeSantis hizo caso omiso a las absurdas retahilas antitrumpistas de Christie y se limitó a defender su gestión como gobernador de Florida.

Con el mismo trono agresivo e impertinente actuó la exembajadora ante Naciones Unidas, Nikki Haley. Sin embargo, en esta ocasión, Haley, la favorita de la progresía mediática, recibió un duro rapapolvo por parte del candidato y emprendedor Vivek Ramaswamy, quien cuestionó la supuesta experiencia en política exterior de Haley y, en la misma línea que el expresidente Trump, cargó contra la republicana, abanderada del sector neoconservador de los republicanos, a los que acusó de agravar el conflicto entre Rusia y Ucrania, y de ser la muleta de Joe Biden y los demócratas en este conflicto señalando así:

"La experiencia en política exterior no es lo mismo que la sabiduría en política exterior… necesitamos un acuerdo de paz razonable en Ucrania, es una guerra inútil… que solo apoyan Nikki Haley y Joe Biden, los cuales tienen algo en común: ninguno de los dos podría siquiera indicarles tres provincias en el este de Ucrania a las que quieren enviar nuestras tropas a luchar. Mira cómo se ha quedado en blanco, no sabe ni los nombres de esas provincias”.

En todo caso, el debate dejó claro que no hay alternativa a Trump entre los republicanos y así lo confirman los sondeos. Su ventaja sobre sus rivales alcanza casi los cincuenta puntos. De tal forma que con un 61% de intención de voto, aventaja en 47 puntos a DeSantis, quien con 13,5% marcha en segundo lugar, y en más de 50 a Haley, que permanece tercera con un 10,3% de los votos. En cuarto lugar se sitúa el emprendedor  Ramaswamy con casi un 5%, y el último lugar se lo disputan los exgobernadores de Nueva Jersey y Arkansas, Chris Christie y Asa Hutchinson, con exiguos porcentajes entre el 0% y el 3%.