En esta crónica semanal sobre Hispanoamérica recogemos noticias destacadas acaecidas en la región compuesta por países hermanados en la Hispanidad (que tienen en común su fe cristiana, su cultura y su lengua y cuya patrona es la Virgen del Pilar). 

Esta semana empezamos en Colombia, donde políticos provida instaron a sus compañeros a introducir políticas de defensa de la vida y la familia en sus programas electorales. 

El llamamiento tuvo lugar durante la Convención Provida 2025, celebrada la semana pasada en el Congreso de la nación, recoge Aciprensa. 

“Nuestro lema ‘Salva a Colombia, ten hijos’ no es una simple consigna, sino un llamado profundo a reconocer que sin niños no hay futuro”, destacó la Bancada Provida en un comunicado.

Además, la Bancada Provida subrayó que una causa del descenso de la natalidad es “una cultura anti-familia que, con ideologías contrarias a la vida, ha debilitado el valor de los hijos y de la familia como base de la sociedad”.

Recientemente, una red de clínicas abortistas dio a conocer que en los últimos tres años más de 150.000 mujeres abortaron en el país y que el año pasado el número sobrepasó “las 56.000”.

Por su parte, el Obispo de Pasto (Colombia), Mons. Juan Carlos Cárdenas Toro, se pronunció así contra el aborto y la eutanasia: “No puede ser digno eliminar la vida de quien aún no ha nacido simplemente porque incomoda”. “No podemos llamar dignidad a elegir cuando tenemos que morir. Muerte digna es vivir como Dios lo ha querido y morir como Dios lo ha querido”. 

Nos vamos ahora a Nicaragua, cuyo contexto es que los nicaragüenses vienen padeciendo la dictadura izquierdista de Daniel Ortega desde que este se hiciese con el poder, en enero de 2007 (aunque anteriormente presidió un mandato presidencial entre 1985 y 1990).

El sandinista, lejos de apaciguarse con los años, se ha vuelto cada vez más dictador. Y ha endurecido la represión, sobre todo tras las protestas ciudadanas de 2018. Y una de las instituciones que persigue con más saña es la Iglesia católica, pues ésta fue una de las que más alzó voz contra esa represión y Ortega sabe perfectamente que predica libertad y dignidad humanas, ambas pisoteadas por él.

El obispo nicaragüense Silvio Báez, exiliado en EEUU desde el 23 de abril de 2019, denunció: “El verdadero problema de las dictaduras y de los cárteles y de las sociedades decadentes” de Hispanoamérica es “el ídolo del dinero”. 

“Confiscan abiertamente, ilegalmente, terrenos y propiedades. Se imponen por la represión y hasta conceden ilegalmente concesiones para la extracción de recursos naturales del país a potencias extranjeras, empobreciendo a su pueblo y poniendo en riesgo la soberanía nacional. Esta gente inmoral y malvada vive conspirando día y noche”, añadió el prelado. 

“Quienes soñamos con sociedades nuevas en las que brillen los grandes ideales de la libertad, la justicia, la paz, la defensa de los derechos humanos, debemos recordar lo que nos dice hoy Jesús en la última frase del texto del Evangelio: No se puede servir a Dios y al dinero”, continuó el obispo auxiliar de Managua.

“El gran mal de este mundo es la idolatría del dinero que ocupa el lugar de Dios y exige como sacrificio seres humanos”, subrayó.

Nuestro siguiente destino es Cuba, país que sufre las consecuencias del comunismo, que lleva más de 60 años tiranizando la isla y sumiendo a los ciudadanos en la miseria, la pobreza, la represión y el terror. Primero se vio con los hermanos Castro (Fidel y Raúl) y desde hace unos años, también bajo la presidencia de Miguel Díaz-Canel.

Una de las muestras de esa miseria son los continuos apagones que sufre la isla, por culpa de la desastrosa gestión de la dictadura. Esos apagones, lógicamente, provocan las protestas de la gente porque la electricidad es un bien básico, como el agua o la comida. 

Pero lo peor es que la tiranía cubana se dedica a arrestar a cubanos que participan en esas caceroladas. Hasta el punto de que uno de sus organismos, la fiscalía, ha pedido 9 años de cárcel para seis ciudadanos que participaron en esas protestas, acusándolos de desórdenes públicos. Uno de ellos es el periodista José Gabriel Barrenechea.

Este tipo de noticias no hacen sino confirmar el infierno en el que viven los hermanos de Cuba.