El pasado mes de febrero, la Corte Constitucional de Colombia aprobó la despenalización del aborto hasta los seis meses o 24 semanas de embarazo. El fallo del alto tribunal se dio por 5 votos a 4 en una sesión extraordinaria, y aclaraba que el aborto “solo será punible cuando se realice después de la vigésimo cuarta (24) semana de gestación y, en todo caso, este límite temporal no será aplicable a los tres supuestos fijados en la sentencia C-355 de 2006”. Es decir, aborto libre hasta los seis meses, y después de ese plazo siguen vigentes las causas, a saber, riesgo para la vida de la madre, el abuso sexual o malformación del niño por nacer, lo que significa aborto libre hasta el momento del nacimiento, porque eso de 'riesgo para la vida de la madre' es un coladero de asesinatos alegando motivos psicológicos. 

Además, la sentencia pedía al Congreso y al Gobierno que imprementara una política pública integral que, entre otras cosas, elimine “cualquier obstáculo para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos que se reconocen en esta sentencia”. Y, como ya dijimos, esto olía a Nuevo Orden Mundial, porque lo de ‘ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos’ es el eufemismo que utiliza el NOM para implantar el aborto en todo el mundo. 

El presidente Iván Duque condenó la "atroz" aprobación del aborto por parte de la Corte Constitucional y anunció que sería tratado en el Congreso, pero con el avance del neo-comunismo, es una batalla que muchos daban por perdida. Recuerden que el nuevo presidente electo es el exguerrillero Gustavo Petro, con fuerte relaciones con el Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, y hombre del NOM, y, por tanto, abortero. 

Pero parece que el aún presidente Duque va a librar una última batalla, así el Ministerio de Justicia de Colombia ha pedido este viernes al Tribunal Constitucional que anule la sentencia. El Gobierno colombiano ha señalado a una serie de irregularidades en el trámite y ha argumentado que el "fundamento de todos los derechos es el del derecho a la vida y un tribunal judicial no puede ser quien determine desde cuando una vida merece protección".

Recuerden que el nuevo presidente electo es el exguerrillero Gustavo Petro, con fuerte relaciones con el Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla, y hombre del NOM, y, por tanto, abortero

Y argumentan que la legislación relativa al aborto es competencia del Congreso y no del Tribunal Constitucional y ha sembrado dudas sobre si la votación del Constitucional es legítima, puesto que señala que en la Sala Plena del Tribunal hubo irregularidades: "El Conjuez que se sorteó para desempatar la votación realizada el 20 de enero de 2022 (…) ni siquiera se pronunció sobre dicha ponencia, sino sobre la alternativa de resolutivo que propuso la declaratoria de exequibilidad condicionada la cual no se había discutido y mucho menos se había votado".

De confirmarse la anulación de la sentencia, Colombia volvería a la legislación vigente hasta febrero, cuando el aborto estaba permitido únicamente bajo las tres condiciones mencionadas más arriba.