Para el Nuevo Orden Mundial (NOM), por ejemplo para la Agenda 2030, es importante que el secretario general de Naciones Unidas, su cabeza visible, sea un tipo de apariencia moderada, el yerno que toda señora desearía, a ser posible con imagen de abuelete preocupado por los pobres. Bueno, por los vulnerables. 

El portugués Antonio Guterres mantiene esa apariencia y cumple con todos esos requisitos, No es un comunista ni un podemita, sino un socialista con fama de moderado. No lo es para predicar el derecho al aborto o para perseguir a todo aquel que esté convencido de algo, claro está, pero su apariencia de abuelete que ha ido a buscar a sus nietos al colegio engaña hasta a los más versados en el mentiroso mundo de la imagen pública. Lo cierto es que si se somete a Guterres a la prueba del algodón, el aborto, se diluye en dos patadas pero recuerden que el derecho a la vida ha pasado a ser un mal directamente perseguido y que el aborto ya no es algo despenalizable para el poder sino... ¡un derecho!, el derecho al homicidio. Así que...

Guterres le ha hecho un doble favor al Nuevo Orden Mundial (NOM) en esta crisis energética y RTVE no deja de darnos el coñazo con sus palabras:

1.Por una parte, el secretario general de la ONU encabeza la barbaridad de decir que la actual crisis energética -que no sé si lo saben, pero el culpable es Putin- solo puede combatirse con automutilación, volviendo a la caverna, es decir, consumiendo menos energía en lugar de produciendo más energía.

Pues no, el hombre no debe consumir menos energía sino producir más energía.

2.Proletarización o estatización de la energía. Entendámonos: como buen socialista, don Antonio critica pero no propone, sabe que si la energía tuviera que facilitárnosla directamente el Estado estaríamos en el caos, pero es un nostálgico también en algo tan vital como el suministro energético.

Así que sólo se le ocurre freír a impuestos a las empresas energéticas, exigir a los gobiernos, muchos de ellos estarán encantados, con nuevos gravámenes a esos ricachones, mientras la parroquia proletaria se rompe el hígado con la moción. 

Recuerden: el socialismo no es otra cosa que envidia hacia el que le va mejor que a mí, sobre todo si se ha ganado su posición sin trampas, de forma honrada, mediante su esfuerzo personal.

Es una vergüenza que mientras muchos pobres sufren, las energéticas ganen mucho dinero, asegura Gutierres. Pero recuerden que los impuestos los cobran los políticos, no los pobres. 

Como buen socialista, critica pero no propone, sabe que si la energía tuviera que facilitárnosla directamente el Estado estaríamos en el caos

Además, Guterres es el mismo socialista que se dedica a fastidiar con impuestos -dinero para los políticos- a todo aquel, empresario, autónomo o trabajador, que saca adelante el suministro energético y a la economía entera. 

En cualquier caso, una petrolera no gana dinero contra sus clientes sino a favor de sus clientes e imponer tasas a una empresa, no sobre sus beneficios sino sobre sus ingresos, es ya el colmo de la locura, porque esa lógica lleva a producir menos energía... que es lo que no nos podemos permitir.

Conste que las empresas energéticas grandes no son malas porque sean energéticas sino porque son grandes y lo grande, sea privado a publico, siempre atenta contra lo pequeño, también contra la pequeña propiedad privada. Ahora bien, los socialistas no quieren freír a impuestos a las energéticas porque no produzcan energía más barata: de hecho son empresas tan hiper-reguladas que producen tanta energía, y el tipo de energía, como les permiten ellos, los políticos.  

Además, no es en defensa de la pequeña propiedad privada en favor de quien habla Guterres, sino en favor de los gobiernos panteístas, donde el hombre trabaja para el planeta y no el planeta para el hombre y donde, la propiedad pública -que no es publica, sino de Antonio Guterres y de su casta, es decir, de los políticos que extorsionan la propiedad privada, no individual pero sí empresarial.

En definitiva, Antonio Guterres, miserable hipócrita, tu encendido arrebato contra las energéticas no es otra cosa que un reclamo de mayor poder para ti, poder y dinero que te conceden los gobiernos, es decir, la clase política del mundo. 

En concreto, el Nuevo Orden Mundial sólo pretende reducir el número de seres humanos que puebla el planeta, a ser posible los pobres, que no hacen más que pedir, mientras intensifican el control público sobre el individuo y lo que es aún más grave, el poder de los grandes sobre los pequeños, del Estado sobre las familias y sí, también de la gran multinacional sobre las pequeñas propiedades privadas. 

El Nuevo Orden Mundial (NOM) impone a lo grande -sea público o privado- sobre lo pequeño... que es siempre privado porque no existe lo público pequeño, todo es grande.

Antonio Guterres no es un loco, en un tipo peligroso. Y bastante hipócrita.