El debate en Europa ha sido entre quienes pretenden recortar fuertemente el gas y los que pretenden recortarlo menos. Y esto, no por convicción, ni en unos ni en otros, sino porque unos necesitan recortarlo más y otros menos. Todos detestan el gas pero todos lo necesitan. O sea, todo muy plural, solidario, progresista y moderno.

La verdad es que echo de menos que alguien diga justo lo contrario: el gas es útil para el hombre, como el carbón, como el petróleo: debemos seguir utilizando estos materiales que investigamos para reducir sus efectos negativos. Y es posible.

Porque lo malo no es que el clima se haya convertido en una religión sino que se trata de una religión que adora a un cruel ídolo pagano que exige sacrificios humanos permanentes.

El hombre es racional, ergo, debe responder ante las dificultades medioambientales, no con la automutilación, sino con la creación

En cualquier caso, no olviden la lección primera: el hombre no desertiza la naturaleza, la fertiliza con su labor, al menos con la labor de la civilización cristiana. Recuerden el "Efecto Sáhara". El norte de África fue el granero del Imperio romano -trigo, vid y olivo- hasta la llegada de los musulmanes, más bien vaguetes, poco adictos a la dura vida del agricultor y más dados a vivir de ovejas y cabras, comedores de arbustos, que no dan mucho trabajo. 

Además, en materia ecológica no hay que buscar culpables sino soluciones.

Conclusión: en pocos siglos, lo que fue granero del Imperio romano se convirtió con los musulmanes en una desierto, el del Sáhara, que avanzó hasta el mismo Mediterráneo. Oiga, y era África, donde suele hacer más calor que en Madrid.

El 'Efecto Sáhara'. No olviden la lección primera: el hombre no desertiza la naturaleza, la fertiliza

Además, el hombre es racional, ergo, debe responder ante las dificultades medioambientales, no con la automutilación, sino con la creación. La respuesta a la sequía no consiste en pasar sed sino en crear agua, por ejemplo, desalando agua de mar. Si hay contaminación no hay que reducir la industria que nos alimenta sino plantar árboles para multiplicar la fotosíntesis. La tierra fertiliza explotándola y cuantos más alimentos se produzcan, mejor para el hombre y mejor para el planeta. 

Lo sensato para un ser racional es crear, producir, multiplicar, no automutilarse. Creación, no castración.

Lo sensato para un ser racional es crear, producir, multiplicar, no automutilarse. Creación, no castración

Y por cierto, este planeta da para alimentar a centenares de humanidades. Y si lo agotamos... tenemos muchos más planetas. El problema de la ecología es la melancolía... y lo coñazo que resulta.