Los problemas de España están dentro y arriba
La apertura del año judicial, de la que informamos ayer miércoles, ha terminado en un estallido del presidente del Consejo General el Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, un personaje conservador, no muy valiente, pues no se atreve a plantear una reforma de la justicia. Ahora bien, Lesmes ha pretendido enfrentarse, con las armas propias de un amante de la letra de la ley, que no de su espíritu, a un fullero, de la talla de Pedro Sánchez. Y naturalmente está perdiendo.
Sánchez es el presidente que más ha desautorizado a los tribunales. Por ejemplo, con los indultos del procés y, sobre todo, permitiendo que los indepes catalanes no cumplan la sentencia del castellano
Veamos, si dejamos a un lado los ruidos de la propaganda monclovita, omnipresente en la vida pública española, Carlos Lesmes propinó tres varapalos al PSOE y uno al PP.
A los socialistas: el Gobierno redujo en marzo las potestades del CGPJ... y ahora lo presenta como un desastre judicial provocado por el PP. Denunció Lesmes -ya veremos si cede hoy, en el pleno del CGPJ- que, en marzo, el Gobierno, con la excusa de que el PP se negaba a renovar el CGPJ, redujo las facultades del CGPJ y ahora no puede, por ejemplo, cubrir vacantes en el Tribunal Supremo. Sí podría, si Sánchez no hubiera cambiado la norma.
Eso sí, el PP también es culpable por anteponer el sistema de elección a la elección misma
Segunda bronca: Sánchez es el presidente que más ha desautorizado a los tribunales. Por ejemplo, con los indultos del procés y, sobre todo, permitiendo que los indepes no cumplan la sentencia sobre la enseñanza del idioma español en las escuelas catalanas. Lo único que le importa es que ERC le siga apoyando en el Congreso para terminar la legislatura.
Eso sí, el PP también es culpable, por anteponer el sistema de elección a la elección misma. Ahí lo son el PSOE y el PP. Tres a uno. Incluso, Lesmes le dijo al PP que no pueden subordinar el recambio de vocales al cambio de la normativa... que sean los jueces quienes elijan al Consejo y no a los políticos. Pues cuidado, don Carlos, porque, aun siendo verdad que no convine confundir la renovación de los cargos con la reforma del sistema de elección de cargos, lo que dice el PP es lo mismo que pide Europa: que los jueces, no los políticos, elijan a los jueces, Y por cierto, puede no resultar suficiente.
En cualquier caso, lo que late al fondo de toda este cruce de insultos y demagogias, es que el PSOE no renuncia a controlar a los jueces. Por eso monta esta bronca con la excusa de que la Constitución exige la renovación de órganos. Claro que sí: también exige que todos tienen derecho a la vida y en España impera el aborto. O que todos tiene derecho al trabajo y somos los campeones del paro en toda la UE y en toda la OCDE.
En cualquier caso, el PSOE no renuncia a controlar a los jueces. Por eso, hay que llegar a la justicia popular: que los jueces también pasen por las urnas
Pero esta batalla tiene algo positivo: sirve para replantearse el sistema. Ni politización de la justicia ni judicialización de la política. No me basta con que no sean los políticos quienes elijan a los vocales del CGPJ y sean los jueces los que lo elijan... al 100 por 100. Lo lógico es llegar a la justicia popular, que no consiste en que juzgue el pueblo, aunque sería bueno fomentar el jurado, sino que sea el pueblo -como en el sistema norteamericano, el que elija a sus jueces de base.
Luego, sobre la cúpula judicial, ya hablaremos pero, en cualquier caso, justicia popular significa que los jueces también pasen por las urnas. Falta les hace a sus señorías.