Analizaba Pablo Ferrer este fin de semana cómo la censura se extiende a lo largo y ancho del mundo, en Europa de la mano de António Guterres... y con el entusiasmo de Ursula von der Leyen, mediante la aprobación de una resolución que exige programas de censura mundial, patrocinados por la ONU para luchar contra la desinformación y los delitos de odio, es decir, para censurar a todo el que discrepa del discurso oficial en asuntos como el aborto, los trans, la inmigración y el cambio climático.

En España el censurante es Sánchez, acompañado de toda la izquierda, que no le hace ascos a que el discrepante no pueda hablar. Así, el PSOE y sus socios decidieron cambiar el Código de Prensa... por los periodistas, no se crean.

Como ya les contamos en Hispanidad, el Pleno del Congreso acordó, para vergüenza de todos, la toma en consideración para reformar el Reglamento del Congreso. Lo impulsó el PSOE, con los votos a favor de Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV, BNG y Coalición Canaria, y sólo con la oposición de PP, Vox y UPN. 

Un régimen sancionador específico para informadores acreditados que interrumpan o dificulten la labor parlamentaria y de prensa. Así, las interrupciones de ruedas de prensa, grabaciones en áreas no autorizadas, desacato a instrucciones, accesos sin acreditación, publicación de grabaciones o imágenes obtenidas de forma irregular, serán penalizadas con faltas que serán leves, graves o muy graves, con sanciones que van desde apercibimientos hasta revocaciones temporales o definitivas de acreditación, incluyendo suspensión de medios por hasta tres años. 

Y ya tenemos la primera víctima, adivinen, ¿una periodista de La Sexta? ¿De PRISA? No, para sorpresa de nadie, el periodista que tiene el honor de ser el primero en ver cómo se le abre un expediente es Bertrand Ndongo, de ‘Periodista Digital’.

El denunciante es Sumar y el motivo tan tan grave que puede costarle su trabajo al periodista es: tomar la palabra sin permiso para hacer sus preguntas a Verónica Martínez Barbero, "interrumpiendo reiteradamente la conferencia y a quien en ese momento tenía el turno para hacerlo"... ¡Qué horror!

Volviendo al reglamento, las interrupciones de ruedas de prensa -suena bien-, a nadie le gusta, menos si es periodista, que le interrumpan mientras habla. Pero es preciso aclarar que en las ruedas de prensa para que el periodista pregunte, es necesario que el jefe de prensa del partido, dé la palabra. Pero, ¿qué pasa si nunca te dan la palabra? Pues Ndongo ha sido denunciado por ello... ¿lo siguiente? A por el cierre de medios.