El Sanchismo está en caída libre pero Sánchez se dispone a morir matando. De hecho, se ha empeñado en ser el primer mandatario de lo que ya siente próximo: la gobernanza mundial de la mano de Naciones Unidas. Para eso ha financiado, con nuestro dinero, la pesadita y aburridísima Conferencia de la ONU para la Financiación del Desarrollo, celebrada en Sevilla.
Por otra parte, nos encontramos ante un Gobierno en descomposición interna acelerada. Ahora bien, la alternativa son PP y Vox, al menos según las encuestas. Ambos continúan bramando contra el Gobierno pero no aportando lo que más necesita España en este momento: un programa político que ilusione y que resulte coherente con las necesidades de la nación.
Ahora mismo, y más con la radicalización progresiva del Sanchismo, la alternativa lógica es la combinación de filosofía cristiana y economía liberal. Y urge... porque el Sanchismo está en descomposición.
Sí, ya se que cristianismo y liberalismo son filosofías incompatibles, pero hablo de liberalismo económico, defensor de la propiedad privada pequeña... y eso es lo más parecido que conozco a la doctrina social de la Iglesia (DSI).
El programa político alternativo a Sánchez sería el siguiente: el hombre es libre, la hierba es verde y el que no trabaja que no coma.
La opción cristiana-liberal, que deberían acoger PP y Vox, no son la antítesis del Sanchismo, es el Sanchismo el que representa la antítesis de esta opción y que el Gobierno insulta calificándola de ultra... ¡porque la temen!
El hombre es libre porque a la izquierda, y llevamos siete años largos con Sánchez en Moncloa, le encanta prohibir. Para eso necesita que el ciudadano no ejerza su libertad, que piense lo menos posible y que se conforme con un puñado de tópicos, como el de 'los vulnerables' a los que hay que subvencionar con el dinero de los demás, de los que trabajan, o que todo aquel que se atreva a defender valores como la vida o la familia, resulte inmediatamente acusado de ultra y fascista.
Segundo punto del programa o vuelta la sentido común: que la hierba es verde. Me refiero a aquella famosa frase de Chesterton: llegará un momento en el que tengamos que defender, con la espada en la mano, que la hierba es verde. Ese momento ya ha llegado.
La antropología sanchista y podemita es tan absurda que el hombre puede modificar la naturaleza a su antojo, olvidado el viejo aforismo defensor de la Ley Natural y del canon de la vida y de la filosofía cristiana o del mero sentido común: hombre, eres libre para lanzarte por un precipicio pero no lo eres para evitar las consecuencias de lanzarte por un precipicio.
Más ejemplos: nacemos hombres o mujeres, nadie nos ha dado a elegir el sexo... ni tan siquiera nos han dado a elegir si queríamos nacer: no nacemos, nos nacen.
Hasta ahí la filosofía cristiana, que para el Sanchismo es puro fascismo. Luego está la economía liberal, y por liberal no entiendo capitalista, sino defensora de la propiedad privada pequeña, un liberalismo que defiende todo lo pequeño, sobre todo la familia, también como unidad económica, y que se enfrenta, tanto al Estado, por ser grande, no por ser público, como a la gran empresa y a los grandes mercados.
Hoy, en España, convertido en un país subvencionado la esencia del liberalismo, la vuelta la liberalismo, se resume en la sentencia paulina: el que no trabaja que no coma... porque muchos andan muy ocupados sin hacer nada (II Tesalonicenses, 3, 10).
Esta opción de filosofía cristiana y economía liberal, que deberían acoger PP y Vox, no son la antítesis del Sanchismo, es el Sanchismo el que representa la antítesis de esta opción, que el Gobierno insulta calificándola de ultra... ¡porque la temen!
Y lo cierto es que Vox anda despistado y el PP mucho peor: con la tontuna gaseosa de la centralidad, Núñez Feijóo reniega tanto de la filosofía cristiana como del liberalismo económico. Pues así no va a ningún sitio: una socialdemocracia atea de derechas sustituirá a una socialdemocracia agnóstica de izquierdas. Poco cambio es ese.
Y en cuanto a Santiago Abascal... Santi, campeón, por qué no vuelves al espléndido programa de Vox para las elecciones generales de noviembre de 2019. Era cristiano y era liberal.
Y el que quiera convencerse de que no hay ninguna contradicción, sino complementariedad entre filosofía cristiana y política liberal... que lea al dominico Francisco de Vitoria. Precisamente, ese maridaje entre ambas doctrinas se hizo en España, en Salamanca.
El que quiera aprender, que vaya a Salamanca.