Insisto: a Pedro Sánchez no le va a echar el PP, ni ninguna otra fuerza política española o europea, tampoco, es triste decirlo, el pueblo español, porque no convoca elecciones ni ningún poder económico o mediático. A Sánchez le acabará echando su propio partido y su propio Gobierno, porque el Sanchismo está en descomposición. 

Y sé nota. Caos en el transporte, tanto de trenes como de aviones, en plena operación salida. El ministro Óscar Puente ha abandonado la chulería de pasados fiascos, ahora sólo falta que abandone el Ministerio.

En paralelo, el presidente de AENA,Maurici Lucena, empeñado en hacer doble carrera, empresarial y política, se atreve, ¡Cosas veredes, amigo Sancho!, se atreve a atribuir a Marlaska el fallo que ayer colapsó Barajas. A lo mejor es verdad pero les aseguro que Lucena, del PSC, no se habría atrevido, no hace más de seis meses, a enfrentarse al todopoderoso, y peligroso Grande-Marlaska.

Otro carril de la crítica sanchista: José Luis Ábalos ha concedido una entrevista, en dos capítulos, a Ok Diario, un medio crítico con Moncloa, donde canta La Traviata. Acusa directamente a los cargos de Interior de estar pringados en la corrupción sin que nadie toque a Marlaska, uno de los puntales de Sánchez a pesar de su gestión... manifiestamente mejorable. 

El Sanchismo está en análisis.