Tres meses contados ha tardado el Rey Mohamed VI en volver a practicar su deporte más odioso: enviar contra España a inmigrantes africanos desesperados, que se juegan la vida para entrar en la Unión Europea. Son balas humanas, personas utilizadas por Marruecos como misiles contra España.

Más de 500 inmigrantes, algunos con gran violencia, abordaron la valla de Melilla mientras, como siempre, la policía marroquí miraba hacia otro lado. Según fuentes oficiales,140 han conseguido pasar a España. Pero ojo, fueron 2.000 a los que los marroquíes azuzaron contra la frontera española.

Al parecer, como decimos en esta misma edición, España se ha convertido en una colonia de Estados Unidos quien, a su vez, nos exige que cedamos ante el peligroso sátrapa marroquí.

Al menos, podría haber esperado un poco más para volver a utilizar a los desesperados que Rabat amontona en la frontera para lanzarlos contra España.

Finalizado el Consejo Europeo, Sánchez afirmó que Marruecos había "colaborado" para evitar el asalto: no tienen más que ver las imágenes. 

En primer lugar, no se han proporcionado a la prensa ninguna imagen de la actuación de la gendarmería marroquí. Y en segundo lugar, ¿cómo es posible que la gendarmería marroquí no se de cuenta de que se están concentrando 2.000 personas frente a la valla?

Y al tiempo que se burla de España, aprovechando la poquedad de nuestro Pedro Sánchez, Mohamed VI se comporta con los negros -subsaharianos, si lo prefieren, pero que conste que son de raza negra... y a mucha honra- con una crueldad inusitada. Una cosa es que utilice a estospobres desesperados como balas contra España y otra que le gusten: 18 muertos. Nada nuevo. A lo largo de la historia nada más racista que el musulmán  con los hombres de raza negra, a los que ,desde el comienzo mismo de la expansión mahometana, ha esclavizado con mucho más saña que los anglosajones. Y en el siglo XXI, lo mismo.