Hispanidad ha publicado que el acuerdo entre Pedro Sánchez y el líder de Junts, Carles Puigdemont, es un hecho desde el pasado 24 de julio. Por lo tanto, too lo que acontezca desde ese día hasta la investidura del socialista no es más que un “teatrillo”, como aseguraba un líder de Junts a este medio.

En ese contexto, el prófugo Puigdemont ha dado hoy una rueda de prensa desde el Parlamento Europeo en la que ha escenificado un nuevo acto de ese paripé. El expresidente catalán ha dicho que para pactar con Sánchez exigirá primero el acuerdo de una serie de condiciones, porque si no se dan estas, "no tiene sentido iniciar las conversaciones”. 

Estas condiciones son una ley de amnistía, el “respeto a la legitimidad democrática” del independentismo, la creación de un “mecanismo de garantía” para seguir el cumplimiento de los acuerdos, el “abandono completo y efectivo de la vía judicial contra el independentismo” e “identificar adecuadamente los elementos del conflicto”. 

A juicio del prófugo, a día de hoy estas condiciones “no existen”. “No le sorprenderá a nadie que diga que no existen las condiciones para llegar a este gran acuerdo”. “Si hay interés en llegar a ello, voluntad real, las condiciones se tendrán que crear aunque sean forzadas por la necesidad y no por la convicción”. Aunque ha añadido: "Nuestra experiencia nos obliga a desconfiar de la palabra que nos dan”.

Y entonces, después de concederle esas condiciones impuestas por él, llegaría la negociación de un acuerdo, que "tiene que ser histórico, un gran acuerdo, uno que no haya existido desde el 11 de septiembre de 1714”. Un acuerdo que pasaría por un referéndum: "Solo un referéndum acordado podría sustituir el mandato político del 1-O. No existen impedimentos constitucionales para celebrar este referéndum", ha subrayado Puigdemont, insistiendo en la petición del referéndum. 

“El 1 de octubre no fue un delito, ni la declaración de independencia ni las manifestaciones posteriores, dice Puchi, condenado por la justicia española 

El exjefe del Govern se ha remitido a la sentencia del Estatut y ha cargado contra la "criminalización" del 1-O: "la respuesta legítima del pueblo de Catalunya a todas las negativas de resolver el conflicto". Todo esto para insistir en que Catalunya es una nación "atacada" y que las "evidencias acumuladas" dicen que solo la independencia resolverá los agravios.

Puigdemont ha insistido en la encrucijada del PP y el PSOE para lograr gobernar, ya que sus siete diputados son imprescindibles. "Ninguno de los dos partidos españoles tiene fuerza suficiente para imponerse. Elecciones o pacto con Junts, que no renunciará a la unilateralidad", ha afirmado.

"Estamos preparados por si hay elecciones, pero también para una negociación que quiera culminar con un acuerdo histórico. La pregunta no es si nosotros estamos preparados para una negociación, sino si lo están los dos grandes partidos españoles para negociar con nosotros con todo lo que representamos o sencillamente quieren salir al paso y obtener como sea el apoyo parlamentario para consolidar un liderazgo o desmontar el del rival", ha despejado.

“El 1 de octubre no fue un delito, ni la declaración de independencia ni las manifestaciones posteriores”, ha dicho también Puigdemont, aunque al parecer la justicia española no está muy de acuerdo con él.  

A todo esto, recuerden lo que expresó Pedro Sánchez en un debate refiriéndose a Puigdemont y compárenlo con lo que está haciendo ahora el presidente socialista, cuyas mentiras, —no lo olvidemos— han avalado siete millones de españoles con sus votos: