Consejo de Ministros del martes 28 de septiembre. La ministra portavoz, Isabel Rodríguez, continúa con su poda paulatina de preguntas y de periodistas que las formulan. Por su parte, no ofrece argumentos sino que repite consignas. Aparecen en escena, acompañando a Rodríguez la vicepresidente laboral, Yolanda Díaz, y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, autor de la polémica de la semana, cuando animó a quien pudiera trabajar hasta los 75 años de edad y le cayó la del pulpo.

“Se mantiene todo el marco actual de la edad de jubilación”, se disculpa Escrivá. Pues ese es, precisamente, el problema. Señor ministro que ese marco no puede mantenerse. Lo de Yolanda Díaz es peor, porque se muestra orgullosa de mantener al alza, según IPC, los más de 10.300 millones de euros.

Mínima subida del salario mínimo… y subiendo los impuestos anexos

Con esa actitud sobre las pensiones en país tan envejecido como España, lo que hace el Gobierno es maltratar a jóvenes y adultos, con unos impuestos durísimos, necesarios para pagar las pensiones, y un endeudamiento creciente, necesario para pagar las pensiones e imposible de amortizar.

Se prorrogan los ertes, producto del diálogo social. Claro. Las subvenciones a los empresarios gustan a los empresarios y el aumento del subsidio permite mantener el trabajo a los trabajadores. Claro que gusta a todos. Al que no debería gustar es la contribuyente, que tendrá que pagar la cena de los ertes, incluidos los "ertes volcánicos" de la hortera de Yolanda Díaz.

A ver, los ertes no protegen el empleo: mantienen un empleo narcotizado y crean empresas zombis… con cargo a los impuestos que pagan los ciudadanos’.

En el entretanto, la señora Yolanda Díaz, cada día más crecida: “doy por respondida a la pregunta”. Eso se lo deben decir los periodistas, que son los que preguntan, señora. Y no, no había respondido.

Mínima subida del salario mínimo… y subiendo los impuestos anexos, que es lo que nos llevará de cabeza a la economía sumergida.

Y entre tanta polvareda se nos perdió don Bertrán. El gobierno, pese a la oposición podemita, que pretende acabar con las mutualidades -todas ellas fascistas- ha renovado el acuerdo con Muface. En plata la posibilidad de que los funcionarios se apunten a una entidad sanitaria privada. Y mira por donde: ¡se apuntan todos! Muy democrático pero poco comunista.