El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha asegurado que los casos de corrupción que golpean al PSOE y al entorno de Sánchez cada día son "muy menores" y, ojo atención, forman parte de la "persecución ultra contra personas progresistas honestas"... ¿comprenden?

Así lo ha asegurado Bolaños en la Comisión de Justicia del Senado. La realidad es que el ministro dicharachero iba a la Cámara Alta a hablar de su histórica reforma, dividida en dos, la ley orgánica para el fortalecimiento de las carreras judiciales y fiscales y la reforma del Estatuto del Ministerio Fiscal.

Mientras Bolaños hablaba, casi la totalidad de las asociaciones de jueces y fiscales convocaban un paro de diez minutos el día 11 de junio, a las 12:00 horas, a las puertas de las sedes judiciales, a fin de que los miembros de las carrera protesten por ese gran proyecto histórico. 

En concreto, exigen la retirada de la reforma que se centra en el acceso a la carrera al considerar que recoge "medidas altamente perjudiciales por afectar gravemente a la independencia judicial, no responder el cambio a una verdadera demanda social y no contribuir a solucionar los verdaderos problemas de la Justicia, incrementando los riesgos de su politización y debilitando los valores en los que se sustenta nuestro Estado de Derecho". 

Asimismo, piden la retirada del anteproyecto de ley de reforma del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal porque "supone una oportunidad perdida de apostar por una real autonomía funcional que blinde a los fiscales del riesgo de injerencias políticas, dando incluso pasos atrás en ello, al incrementar injustificadamente el poder del Fiscal General del Estado sin establecer contrapesos internos ni verdaderas garantías para que los fiscales lleven a cabo su labor investigadora".

Por otro lado, solicitan reuniones con todos los grupos parlamentarios, con el Consejo General de la Abogacía Española, con el Consejo General de Procuradores de España, con la Asociación de Abogados del Estado y otras instituciones, para explicar los riesgos de la reforma de Bolaños.

Pese a todas las críticas, si algo ha quedado claro es que Félix Bolaños no va a dar marcha atrás en su plan para cambiar el acceso a las Carreras judicial y fiscal, porque el Gobierno de Sánchez nunca se equivoca y todo lo hace por el bien común, aunque eso implique el beneficio propio y un perjucio para el resto. 

Eso sí, este Gobierno es el Gobierno del diálogo social, por lo que invita a todos los protestantes a "participar y colaborar en este proceso activamente", coincidiendo con el día en que se ha publicado el texto en el Boletín Oficial de las Cortes Generales. Ya verá Bolaños si hace caso, porque la reforma es "imprescindible" para "abordar los retos de la Justicia del siglo XXI".

Según el ministro, su reforma dará "mayor objetividad, transparencia" y hará que pese "mérito y la capacidad", sin embargo, las asociaciones de jueces y fiscales denuncian que implantará un acceso "arbitrario" y basado en el "control ideológico". Pero eso es un bulo, porque el Gobierno nunca usa criterios arbitrarios en las instituciones, si no miren el Constitucional, el CIS, la Fiscalía o las direcciones de las empresas públicas y semipúblicas.