Sara Aagesen lleva poco más de tres meses como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, pero ya se ha mostrado más mentirosa, maleducada y cara que su antecesora, Teresa Ribera. Al mismo tiempo, insiste en cerrar las nucleares españolas, pese a las crecientes voces en contra y a las que se ha sumado hasta el secretario general de UGT, Pepe Álvarez.

La vicepresidenta tercera lleva ya unas cuantas mentiras desde que recibió la cartera de manos de Ribera el pasado 25 de noviembre, en línea con los numerosos “cambios de opinión” a los que nos tiene acostumbrados su jefe, Pedro Sánchez. Entre las mentiras más escandalosas está la de que el Gobierno “no ha aumentado los impuestos a las nucleares”, olvidando el incremento de la tasa Enresa en un 30%, en contra de lo que se pactó en 2019 con las empresas propietarias de los reactores (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP) en el acuerdo del calendario progresivo de cierre.

Asimismo, Aagesen también dio a entender que “la mal llamada ‘tasa Enresa’ no es un impuesto, es el coste de la gestión de los residuos radioactivos y el desmantelamiento de las centrales nucleares”. E incluso refirió que “hablamos de 20.000 millones de euros que tienen que poner encima de la mesa las empresas propietarias. De no ser así, los tenemos que pagar la ciudadanía en su conjunto y eso no cumple con el principio de quien contamina paga”, algo que no es cierto, porque dichas empresas nunca se han negado a afrontar dicho coste, sino que lo que han recurrido ante los tribunales es que la tasa subiera más de lo acordado.

Aagesen también se ha mostrado como algo maleducada, en una línea similar a la de Ribera. Este jueves, se ha reunido con las asociaciones del sector energético y consumidores, pero entre ellas no estaba Foro Nuclear (la asociación que agrupa a la industria nuclear española y preside Ignacio Araluce), como avanzó El Economista. Recuerden que Ribera no se reunió ni una sola vez con Araluce durante el tiempo que tuvo cargos en los tres gobiernos de Sánchez desde junio de 2018. Este jueves, Aagesen ha afirmado que el Gobierno “siempre está abierto al diálogo” sobre el futuro del parque nuclear, pero a día de hoy “no hay ninguna novedad” y ninguna empresa ha pedido modificar el calendario de cierres. Otra mentira más... y además refleja que se ve que no ha escuchado bien al CEO de Iberdrola España, Mario Ruiz-Tagle, ni al CEO de Endesa, José Bogas.

Y por cierto, a las crecientes voces en contra del cierre de las nucleares españolas, entre las que se encuentran los ingenieros, se ha sumado el secretario general de UGT, Pepe Álvarez. De hecho, ha visitado la central de Almaraz y ha defendido prolongar su vida útil. “Somos partidarios de prolongar la vida de las centrales nucleares de nuestro país. No hay razones objetivas para no hacerlo y hay muchas cuestiones que indican la necesidad de que se haga este proceso”, ha explicado Álvarez. “Es una cuestión que tiene que ver con el interés general de España y de Europa”, ha añadido. Además, ha concretado que “la autonomía estratégica en buena parte depende de la capacidad que tengamos de ser autosuficientes desde el punto de vista de producción de energía”.

 

Y en paralelo, Aagesen ya está saliendo más cara que Ribera, pues su familia ya ha obtenido 3 millones de euros en ayudas públicas y contratos públicos desde que Sánchez está en Moncloa, según revela OkDiario. En concreto, Hottinger Brüel & Kjaer Ibérica, la empresa de Harald Aagesen (hermano de la vicepresidenta tercera), ha recibido 2,71 millones en contratos con varios organismos públicos. Por su parte, la startup Te Consulting House 4 Plus (teCH4+), que tiene como cofundador y administrador a Diego Fernández-Polanco Íñiguez de la Torre (marido de Sara Aagesen) y en la que trabaja Erik Aagesen (otro hermano de la vicepresidenta), ha recibido ayudas de al menos 375.000 euros.