Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del martes 14. Aparecen la portavoz, Isabel Rodríguez, la  vicepresidenta primera, Yolanda Díaz y la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

En este punto, el Gobierno vende dos cosas: la subida del SMI y lo chulísima que es Yolanda, la ministra de Trabajo con más paro de toda la OCDE, quien, a pesar de ello, lanza su mitin diario de pedantísima afectación. Resumen: el PP lo hacía muy mal pero el actual Gobierno socio-podemita lo hace muy bien... "sustancialmente". El PP congeló las pensiones (bueno, eso fue ZP, pero qué más da) y nos aclara lo que realmente quiere decir el Banco de España con sus informes que, por pura casualidad, no hacen otra cosa que ratificar lo que anuncia Yolanda. Esto es importante.

El salario mínimo se queda en 1.080 euros. Repitan conmigo: hay que subir el salario mínimo pero no los impuestos adosados. Es más, las cuotas hay que suprimirlas. Es el trabajador quien debe ganar más, no el gobierno

Una nota de color: Rodríguez asegura que el vídeo de Sánchez en Parla no sabe si tomárselo en broma o en serio. Tranquila, portavoz, tómeselo a broma, como ha hecho media España.

Y luego, el autoelogio por la nueva inversión sanitaria en ELA... promesa cumplida sólo al final de legislatura tras haber bloqueado, sí, el Gobierno Sánchez, unas 18 veces, como advertía el paciente de ELA más famoso de España, Jordi Sabaté, el plan de ayudas para los que sufren dicha patología.  

Ahora bien, ¿por qué salía a escena Carolina Darias, la titular de Sanidad, si hoy no podía vender ni el fin de la mascarilla? Pues porque ya está claro que el enemigo de Sánchez no es Feijóo, es Ayuso, la única que tiene épica, no para ganar a Sanchez por la mínima, sino para derrotarle en toda regla.

Por eso, el Gobierno pone en el escenario a Carolina Darias, para demostrar la estupenda gestión sanitaria realizada por PSOE y Podemos... no como la de Madrid. Por eso, Ayuso se ha convertido en una auténtica obsesión del PSOE. Por eso convoca manifestaciones y por eso ha hecho de la sanidad pública, naturalmente, su principal, casi único, argumento electoral.