
Me lo cuenta un antiguo colaborador de Artur Mas que, como tantos otros catalanes, soñaron con la independencia y ahora están hasta el gorro del "payaso de Waterloo"
Me lo cuenta un antiguo colaborador de Artur Mas que, como tantos otros catalanes, soñaron con la independencia y ahora están hasta el gorro del "payaso de Waterloo".
Este es el plan de Puigdemont: Cataluña debe contar con una justicia, una policía y hasta un ejército y una moneda. Son los cuatro objetivos de Junts, y también de ERC, aunque estos sean más realistas y menos románticos.
De ahí la petición de los Mossos como única policía (le llaman policía integral) de Cataluña, por ejemplo, o la asunción del control de fronteras, que es una de las tareas del conjunto del Estado español.
El asunto es difícil. Los separatistas saben que emitir un moneda al margen del euro sería la ruina de los catalanes... pero pretenden rellenar ese vacío con un especie de banco central catalán, paralelo, que se parecería más al ICO que al Banco de España, y cuyo capital inicial, que es la clave, fuera aportado por el conjunto de España para libre disposición de la Generalitat, naturalmente.
También pretenden los indepe, un poder judicial paralelo, catalán, porque el poder judicial español -es decir, el que ha castigado sus barbaridades- está corrupto, puro 'lawfare' asegura Turrull. Naturalmente, no es posible la existencia de dos poderes judiciales como no es posible la cohabitación de dos gobiernos o de dos legisladores paralelos. O lo uno o lo otro.
¿Pueden intentarlo? Sí, porque enfrente tienen a un Pedro Sánchez que hará cualquier cosa para mantenerse en el poder. Y pueden hacerlo porque la mayoría social -aquí sí, mayoría social de los españoles- ha aceptado que lo incompatible es posible y que la incoherencia es loable.
Ahora bien, ¿es posible? No, no lo es, porque la realidad es terca.
La independencia siempre se ha logrado mediante la fuerza, mediante el enfrentamiento directo contra el régimen considerado opresor o mediante un acuerdo entre metrópoli y territorios administrados. A lo primero no están dispuestos los indepes -¡Te pueden matar, por eso!-, lo segundo tampoco es posible porque Sánchez sigue otorgando favores a los separatistas con tal de que le mantengan en Moncloa y a costa del resto de España... pero sabe que si traspasa ciertos límites, el resto de España se volverá contra él.
Lo que nos lleva a la siguiente conclusión, cuasi evidente, pero que los partidos políticos involucrados se niegan a aceptar:
El 'problema' catalán sólo desaparecerá cuando una de las partes, espero que sea la de la sensatez, los partidarios de la unidad de España, venza a la otra y la única solución a corto plazo para la España rota es que PSOE-PP se unan contra los nacionalistas. Lo que ocurre es que Sanchez se niega a hacerlo y Feijóo aprovecharía esa oportunidad para llegar a Moncloa... que es lo único que le interesa.
Pero sería bueno intentarlo.