En numerosas ocasiones, hemos referido en Hispanidad que el lento avance en el coche eléctrico se debe, fundamentalmente, a su alto precio, la falta de ayudas y puntos de recarga. Sin embargo, desde la UE (con apoyo de España, por supuesto, aunque se trata de “una estafa en toda regla”, según un exingeniero de Renault) se intenta vetar a los coches de combustión y restringir su acceso a las ciudades para que los ciudadanos compren eléctricos sí o sí. En medio de este contexto, paradójicamente, hasta el Gobierno ha tenido que frenar su apuesta por la movilidad sostenible ¡por el alto precio de este tipo de vehículos! Otra muestra más de que todo lo verde es caro. 

Así lo recoge El Mundo, según documentos de la Comisión Europea sobre la revisión del Plan de Recuperación. En concreto, el Gobierno Sánchez (ahora en funciones) había planeado comprar 7.000 vehículos nuevos eléctricos o de bajas emisiones para renovar el Parque Móvil del Estado y las flotas de vehículos de los Ministerios y el sector público institucional, destinando 300 millones de euros. Sin embargo, ahora se han dado cuenta de que las cuentas no les salen y comprarán 5.500, un 20% menos de lo previsto en un principio, con el dinero de todos los españoles. Parece que la mejor opción -y mucho más económica- sería que apostasen por usar más la bicicleta eléctrica, algo en lo que Teresa Ribera ya demostró sus dotes (recuerden la ridícula escena que llegó incluso a la televisión australiana y que fue carne de memes), y utilizar mucho menos el Falcon (el medio de transporte preferido de Pedro Sánchez).  

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El Gobierno, por fin, ha notado el principal problema que tienen los españoles para comprar un coche eléctrico: su alto precio. A este se suma la falta de ayudas (no son directas, como en otros países, y a veces tardan años en recibirse… si llegan) y la falta de puntos de recarga (se pueden tardar dos años en su instalación y puesta en marcha, y por ahora se está lejísimos de cumplir el objetivo anual de 45.000), además, no ahorran energía, no hay litio suficiente (como advirtió Carlos Tavares, CEO de Stellantis) y suponen un reto para los fabricantes en márgenes (como advirtió Wayne Griffiths, presidente de Seat y de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones -Anfac-) porque los costes de las baterías son altos (esta es una de las razones para aumentar su fabricación en Europa, y algunas empresas extranjeras están aprovechando para colonizar y chantajear a España al calor de las ayudas públicas). Eso sí, no hay que olvidar que el sector del automóvil español sigue en crisis, y que las ventas de eléctricos y de híbridos enchufables sólo supone el 5,02% y el 5,33% del total, respectivamente.