Sr. Director:
En los "Martes Literarios" de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, de Santander, el escritor D. Félix de Azúa y miembro de la RAE, ha pronunciado varias frases que me han llamado poderosamente la atención; dice, entre otras cosas: "Estamos en un cambio de era, es una cosa muchísimo más gorda que un cambio de época. No sabemos lo que va a ser. No tenemos ni idea de lo que va a pasar. Les manifiesto mi absoluta perplejidad ante todo lo que está sucediendo." En la prensa del mismo día leo la siguiente noticia: "En Arabia Saudí detienen a una mujer por mostrarse en un video con falda corta y camiseta". Por cierto ¿Hay alguna nación musulmana en la cual se manifieste el Orgullo Gay? Con este escrito trato de aportar un poco de luz, no trato de dar lecciones sobre Historia, simplemente reflejar los cambios producidos en España y en el mundo durante mi existencia, por supuesto que era impensable que se llegase esta situación. Mal hemos comenzado el tercer milenio. Esta batalla no es que haya comenzado ahora, ya se inició hace mucho tiempo, pero a partir de los años sesenta del siglo pasado se ha mostrado más agresiva. En esta época se produjeron dos acontecimientos fundamentales que arrojan luz sobre la situación actual: El Concilio Vaticano II y la Revolución de la Sorbona en Mayo del 68. Como consecuencia del primero se desató una gravísima crisis en la Iglesia Católica que aún perdura. El segundo es el origen de la rebelión contra toda autoridad "prohibido prohibir" y "·si Dios es el obstáculo hay que eliminarlo". Ambos acontecimientos parece que son obra de Satanás, padre de la mentira, astuto y taimado, con el fin de que las personas se fueran acostumbrando y dieran la situación como normal, daba dos pasos hacia delante y uno hacia atrás, y así fue acumulando mal sobre mal hasta llegar a la situación actual en la que ya nadie puede alegar ignorancia.
En una entrevista realizada a Gabriele Kuby, prestigiosa socióloga alemana, ex feminista, hoy católica convencida, atacada y perseguida de forma furibunda por el lobby gay, dice entre otras cosas: La revolución de Mayo del 68, el marxismo, feminismo radical y la liberación sexual se unieron para atacar el sistema de los valores cristianos y exterminarlos de raíz, rebelándose contra cualquier autoridad. Estos fines del movimiento del 68 se han convertido en el actual programa de Naciones Unidas y de la Unión Europea, incluyendo además la aplicación mundial de los llamados "derechos" LGBT y la deconstrucción de la identidad masculina y femenina. No sólo es la estrategia de Naciones Unidas y de la UE, sino de una red de agencias de la ONU, como la OMS y el UNICEF, ONG globales como Planned Parenthood y la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) corporaciones multinacionales como Apple, Microsoft, Google, Facebok... así como de fundaciones multimillonarias, como Rockefeler y Bill Gates. Está entablada una gran batalla entre Dios y Satanás y en esta batalla no se puede permanecer neutral aunque no seas creyente, nos jugamos el futuro y eso afecta a todos. O estás con Dios o contra Él; estás con la Vida o con la muerte; con el Amor o con el odio; con la Paz o con la guerra. Además de una lucha encarnizada contra la vida, se quiere destruir la familia; las naciones que eran cristianas han apostatado y ahora están contra Dios estableciendo unas leyes contrarias a la ley de Dios. Nunca antes había existido tanta inmoralidad como ahora; miles y miles de cristianos están siendo martirizados en muchos países; la situación tiene tintes apocalípticos; parece que estamos llegando al final de una era, que no es el fin del mundo sino el fin de los tiempos. El dato más significativo del final de esta época, se revela con la festividad de la Divina Misericordia, establecida por un Papa y además santo, Juan Pablo II. El motivo son las revelaciones que una santa polaca también de nuestra época, Faustina Kowalska, recibió de Jesucristo, por tanto de absoluta veracidad puesto que fueron aprobadas por Juan Pablo II. El Amor, el Perdón y la Misericordia de Dios por el hombre, es mayor que su pecado por grande que sea; si rechazamos este perdón y amor de Dios, somos nosotros los culpables, puesto que Dios nos a creado libres. Pero no todo es negativo, están surgiendo nuevos movimientos en la Iglesia Católica verdaderamente admirables, poco conocidos en el mundo, pero que son, sin duda alguna el fundamento que Dios está poniendo sobre el cual se establecerá la nueva era que se acerca aceleradamente visto los acontecimientos. Pero ¿Cómo ocurrirá esto? No lo sabemos, pero con la certeza de que el Bien vence al Mal y con la seguridad de que la nueva época será de una espiritualidad como nunca antes había existido.










