Y sí: los sucesos de Francia no hacen más que dar la razón a Vox, a Polonia, a Hungría y, de otra manera, a Italia:la migración es mala y la multiculturalidad no crece sola

La solución está en volver a Cristo, algo tan sencillo como volver a rezar

 

Tiene razón el Papa Francisco cuando se enfada con la quema de un ejemplar de El Corán, que a nada conduce -ya me gustaría a mí que se enervara de igual forma cuando los musulmanes o el panteísmo oriental persigue al Cristiano- pero no tiene razón cuando centra en el Islam los atentados contra la libertad religiosa, porque los atentados de cristianos contra musulmanes son mínimos mientras los atentados de musulmanes contra cristianos son máximos y en grado homicida

Viene esto a cuento de la semana de vandalismo en Francia, a raíz de la muerte de un chico de 17 años, de origen argelino, a manos de la policía, tras saltarse un control. De inmediato, se puso sordina sobre el islam aunque el islam no puso sordina sobre la bestialidad de los manifestantes, que Macron tiene mucho miedo a ser tildado de racista.

Lo cierto es que los exaltados son en buena parte de origen musulmán y lo cierto es que aunque se presumía que la segunda generación de inmigrantes, ya educados en Francia, se sentirían Franceses... pues no se sienten tales y atacan al país galo. 

Pues allá ellos o allá nosotros, pero la verdad es que Europa está siendo invadida por los musulmanes y ni Europa ni Francia aprenden del vandalismo francés... así que volverá a ocurrir. No hablamos de los recién llegados sino de la segunda y hasta tercera generación de musulmanes franceses que, como ellos repiten, no se sienten franceses. 

El islam ya sabe que, con las armas, no consigue nada: siempre pierde las guerras. Por eso, ahora practica la invasión pacífica. Y sí: los sucesos de Francia no hacen más que dar la razón a Vox, a Polonia, a Hungría y, de otra manera, a Italia, al menos en dos cuestiones: 

1.La migración es mala de suyo. Hay que ayudar al refugiado y hay que ayudar al pobre en su propia casa.

2.La multiculturalidad pacífica no crece sola, sobre todo cuando a un credo político-social, como es el islam, se opone la ausencia total de un credo, el cristianismo.

La solución está en volver a Cristo, algo tan sencillo como volver a rezar. Es entonces cuando los cristianos exigirán al emigrante que respete sus tradiciones y su modo de vida.

Al emigrante hay que ayudarle en origen. Al refugiado hay que recibirle con los brazos abiertos y al mismo tiempo, hay que exigirle que respete al país de acogida. El Islam, por contra, lo que está haciendo es crear guetos y esperar el momento para revolverse contra el país que les ha acogido. Es una invasión pacífica pero con muy mala leche.

Y sí: los sucesos de Francia no hacen más que dar la razón a Vox, a Polonia, a Hungría y, de otra manera, a Italia: la migración es mala y la multiculturalidad no crece sola.

La solución está en volver a Cristo, algo tan sencillo como volver a rezar. A partir de ahí, se puede acoger a todo el mundo: cuando nosotros creamos en algo, porque quien no cree en algo siempre acaba perdiendo contra quién sí cree en algo... aun cuando sólo crea en barbaridades.