- Y es que cuando eres tibio todo el mundo quiere vomitarte.
- Ser el nuevo cabeza de serie del PP ya no está en manos de Rajoy.
- Con su anuncio, sólo busca evitar guerras intestinas en el PP.
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Que, por lo general, le encantan, pero con un gobierno agonizante… no resulta aconsejable.
Ante el asedio al que está sometido por
Albert Rivera y
José María Aznar, el presidente del Gobierno,
Mariano Rajoy, decidió aprovechar una entrevista periodística para asegurar que volvería a ser candidato del Partido Popular a La Moncloa.
Con su anuncio, sólo busca evitar guerras intestinas en el PP.
Que, por lo general, le encantan, pero con
un gobierno agonizante… no resulta aconsejable.
Y con una vicepresidenta traidora, aún menos.
El problema de Mariano Rajoy es que un tibio. Y
un hombre moralmente tibio no cuenta ni con amigos ni con enemigos. La amistad precisa sinceridad y
el tibio no es sincero. La admiración precisa coherencia, y el tibio no lo es. Pero el tibio puede cosechar muchos más enemigos, tanto en el bando de los coherentes como en el de los
adversarios naturales: en la izquierda y en la derecha.
Y así, Rajoy empieza a confundir sus deseos con la realidad. Ha llegado la hora en que deba consensuar (hasta ahora no ha sido necesarias) la candidatura con otras fuerzas… y eso si logra terminar la legislatura.
Y es que en la vida se puede ser malo o bueno, pero cuando no eres ni frío ni caliente, cuando eres tibio, todo el mundo quiere vomitarte.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com