• Y dijo más: morir se acaba, es cruzar una puerta a la deriva…
  • …y encontrar lo que tanto se buscaba.
  • Y la ternura no es más que el espejismo del verdadero Amor.
  • Ese Amor que sólo tras la muerte experimentaremos "sin enigmas ni espejos".

Es la no muy conocida, no tanto como se debiera, poesía de José Luis Martín Descalzo (en la imagen): Morir sólo es morir. Morir se acaba.   Morir es una hoguera fugitiva. Es cruzar una puerta la deriva y encontrar lo que tanto se buscaba. El sacerdote, periodista y poeta no se queda ahí, explica lo que te encuentras: Acabar de llorar y hacer preguntas; Ver el Amor sin enigmas ni espejos; descansad de vivir en la ternura; tener la paz, la luz, la casa juntas y hallar, dejando los dolores lejos, la Noche-luz tras tanta noche oscura. De este último párrafo, lo que más me ha llamado la atención, siempre, ha sido el verso ése de "descansad de vivir en la ternura". Pero cómo: ¿no era lo mismo ternura que amor? Pues no. La ternura no es sino la apariencia del amor prístino, siempre recio, el único que sacia. La ternura tan sólo representa la muleta para el impedido, algo a lo que tenemos que aferrarnos en el tiempo porque no disponemos de otra cosa. Y ante ese anhelo del amor verdadero, morir sólo morir, morir se acaba. Eulogio López eulogio@hispanidad.com