- El reportaje de La Sexta sobre Mario Conde le presentó como un villano.
- Lo era, pero también una marioneta que creyó protagonizar la historia.
- Conde cayó cuando el PP y PSOE se confabularon contra él.
- Y cuando la masonería financiera le abandonó.
Aún continúo impactado por el reportaje de
La Sexta sobre Mario Conde (
en la imagen junto a Felipe González). Una colección de analistas y periodistas lanzaron denuestos sin fin contra el personaje. Pero como uno ya cuenta muchos años, lo cierto es que
no recuerdo a ninguno de ellos hablar mal de Mario Conde cuando estaba en la cima de su poder. E incluso recuerda alguno que no dudaba en alabarlo mientras los demás mantenían la boca bien cerrada.
A otros, sin embargo, nos echaron del semanario
Tiempo, grupo Zeta, por un artículo titulado: "
La rentabilidad de Banesto desciende durante el periodo Mario Conde".
Pero
lo malo que tiene callar cuando la víctima está arriba y echarle cuando se convierte en árbol caído es que
la incoherencia nunca acierta, ni antes ni después.
Siempre defendí que la intervención de Banesto se produjo por motivos reales -la desastrosa gestión de
Mario Conde- y por motivos espurios -
Felipe González le veía como una amenaza política-. Pero eso es una descripción, no una explicación. Si se prefiere,
no es la causa.
Mario Conde cayó el Día de los Santos Inocentes. El mayor experto español en masonería internacional, el sacerdote
Manuel Guerra, en su obra cumbre,
Masonería, Religión y Política, lo explica así: "Mario cayó el día de los Inocentes, aparte de por sus errores, la banca masónica JP Morgan -fiduciario de los Rothschild para Estados Unidos
le retiró su apoyo y porque los directivos del PSOE y del PP le veían como un rival peligroso".
A última hora buscó el apoyo del
secretario de Estado de Economía y profesor del IESE,
Alfredo Pastor, masón de la Logia Europa número 19 de la
Gran Logia Simbólica de España. Éste ni tan siquiera respondió.
Y esa es la historia. Pretender ahora que Conde era un simple ladrón es cierto pero no es toda la verdad.
Y
la caída de Mario Conde representa un buen signo de cómo se mueve el Nuevo Orden Mundial (NOM). Un NOM que siempre sufre un trabajo agotador porque cuando prescinde de un peón
luego tiene que reescribir la historia para borrar aquellas, algo, decía, realmente agotador.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com