- Los catalano-españoles: nunca se han planteado otra cosa y les aburre hacerlo.
- Los separatistas: han convertido la segregación en su religión.
- Último tercio: los románticos de la independencia pero que huyen de la locura.
- Estos últimos son los culpables de que la revolución CUP haya tomado la calle.
- Son los que buscan el referéndum para poder votar 'no' a la independencia.
El primer tercio son gente que se siente
catalán y español… y siempre se ha sentido así. Gente corriente, lo que antes se llamaba el pueblo, con seny y sin quejarse. Se puede dialogar con ellos sólo que les aburre el diálogo
sobre una cuestión que les aburre.
Luego hay otro tercio de
segregacionistas reivindicativos que han convertido la segregación en su Dios, en su credo y
su modelo de vida. Es decir, que han cambiado
ideales por conveniencia, sus ideas por identidades y
principios por estructuras políticas, tres condiciones que les hacen… poco libres.
El tercer tercio es el más interesante. Gente que, como emoción romántica, le gustaría una
Cataluña independiente pero que ni se lo plantean… porque los esfuerzos inútiles conducen a la melancolía.
Son esos mismos que exigen un referéndum
para poder votar que nada cambie y que Cataluña continúe en España.
Y si: son los principales responsables de que el problema se eternice, así como los que establecen
equidistancias entre los majaderos de la CUP (y ahora también de 'Junts pel sí'). Sí, los cuperos se pasan pero lo de Madrid no tiene nombre.
Si entendemos los tres tercios a lo mejor entendemos a la incomprensible Cataluña y entenderemos también, por qué el problema no tiene solución… al menos durante una generación.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com