La pequeña Banca Pueyo resiste: menos mal
La Banca Pueyo (en la imagen) -que aun existe y goza de buena salud- fue la primera en contar con un consejo de administración formado exclusivamente por mujeres. Es decir, que eran unos tipos modernos.
Es el banco más pequeño de España y habría que considerarle una pieza de museo, como a las cajas de ahorros de Onteniente y Pollensa. A la autoridad monetaria, antes Banco de España, ahora Banco Central Europeo, no les gusta el Pueyo. Desean fervientemente que cometan un tropiezo, momento en el cual tendrán que pedir ayuda a la autoridad.
El sistema, ese que mata, y realmente mata, siente odio africano por lo pequeño. Le molesta que sea pequeño y pueda sobrevivir. No le importa que sea público o privado, eso es secundario, pero no puede resistir su insolente independencia, su autonomía de hacer y su criterio al margen del vademécum oficial.
El negocio bancario mundial sólo ha tenido, desde hace medio siglo, una obsesión: pocos y muy grandes. Un banco bueno es el que tiene mucho capital. ¿Y qué tendrá que ver el capital con la buena gestión? ¿Qué tendrá que ver la cantidad con la calidad?
Y claro, luego quieren que la banca otorgue créditos a la pyme. ¿Para qué? La banca grande busca clientes grandes. No le interesa el emprendedor, que no hace más que dar la lata. Además, se necesitan muchos empleados para atender a demasiados enanos y unos pocos yupis para satisfacer a pocos grandes.
Pero lo más importante: una banca grande para clientes grandes, con estados grandes que la respalde con bancos, clientes y estados sistémicos. ¡Ah, preciosísimo neologismo! Sistémico significa que, si hace aguas (y siempre hace aguas), todos tendremos que acudir a salvarlos. Todos los pequeños, claro está.
Por el momento, las cuentas de los bancos que ya han presentando resultados demuestran que siguen trabajando para los grandes, no para los pequeños. Eso es como una cita para la próxima ruina… sistémica. Acabamos de atravesar la de 2007 pero ya estamos generando la próxima.
Menos mal que la Banca Pueyo resiste. Porque lo grande es ingobernable y, además, tiraniza.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com