Fue el primero de los oradores en la Convención del PP y el que más huella ha dejado en tres días de soflamas. Hablo del ex presidente José María Aznar (en la imagen junto a Rajoy), a quien muchos seguidores del PP -erróneamente- identifican con las esencias del PP, incluso esencias cristianas, del partido conservador. Si lo quieren en concreto: vida, familia, libertad de enseñanza, bien común. Y si quieren añadir libertad de culto por mí que no quede. Esos son los principios del cristiano en la vida pública.

Fue la mejor intervención del cónclave, sin duda. Pero es que, comparado con el estafermo blandengue de Rajoy, Aznar es un pensador político de primera línea. Pero sólo en ese caso.

Aznar, el clarividente acomplejado; Rajoy, el estafermo frívolón

La verdad es que Aznar siempre fue un derechista acomplejado pero hay que reconocer que ha vuelto a ser el más profundo de los peperos porque siempre ha sido coherente en su pensamiento, que no en su acción. El problema de Aznar no es de razón sino de voluntad. Simplemente, nunca se ha atrevido a ser coherente. En contra de lo que su estolidez aparenta, estolidez externa que algunos confunden con fortaleza interna, pueda semejar, Aznar siempre ha sido un hombre dominado por sus complejos.

Alude don José María a los principios pero sin referencia a los principios, de esos principios del PP, porque tiene miedo a hablar de Cristo. Y resulta que sin Cristo no hay principios. Alude don José María a los enfadados con el PP pero no se atreve a definirlos. Y él sabe perfectamente quiénes son. A los que no les gusta el progresismo de derechas en que se ha convertido el PP.

El PP siempre ha rehusado enseñar el género cristiano del que está hecho. Por dos razones: primero, por la incoherencia con esos principios de sus propios dirigentes, en sus vidas. Pero claro, eso ocurre siempre. Segundo, por la cobardía y los complejos intelectuales de la derecha española, que casi siempre ha pensado en cristiano pero sólo en contadas ocasiones ha sabido razonarlo. En el PP piensan en cristiano sin saberlo como aquel plumífero que escribía en prosa sin saberlo.

Cuando Aznar habla de mayoría política y social del PP en España anda cargado de razón pero debe preguntarse alrededor de en qué principios se asienta esa mayoría. Y no, esos principios han sido abandonados, cuando no masacrados, por el PP.

Rajoy está convencido de que el voto católico, o voto en conciencia, no alcanza los 500.000. Es justo la cifra por la que puede perder las próximas elecciones. Incluso por menos
Lo que le queda al PP, señor Aznar, me temo que es el aparato del partido, un aparato bien engrasado para ganar las elecciones. Y eso es mucho pero es muy cínico. A mí, al menos, no me basta. Por eso llevo lustros sin votar al PP. Al PP le votan aquellos que respetan esos principios, es decir, los católicos, los valores no negociables, continuamente vulnerados por el señor Rajoy y antes por el señor Aznar, y por los que votan mal menor en lugar de bien posible. Son los que no votan en conciencia sino que votan para ganar. Si esa es la mayoría social que busca Aznar… Bueno, al menos llega mucho más adentro que Rajoy, pero no pretenderán que con eso me conforme, ¿verdad?

Hablamos de voto católico y ya son cinco los obispos que han dejado claro que un cristiano no puede votar al PP.

¿Que el voto católico es minoritario? Sí, desgraciadamente sí, pero son más de 500.000. Y las próximas elecciones pueden decidirse por la mitad de eso.

Es igual, el estafermo frivolón de Rajoy sigue vendiéndonos logros económicos. Si aún todos fueran ciertos, que no lo son, van a inclinar la balanza electoral.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com