RTVE, la obra maestra de propaganda del Sanchismo, lleva toda la semana hablando de los ultras violentos, tramas organizadas de fascistas y neonazis que atacan a la policía a traición, a pesar de la paciencia infinita de los antidisturbios de Marlaska, que dijo doña Silvia Intxaurrondo, la musa del Sanchismo, algo que a mi me dejó notablemente impresionado. 

Miren ustedes, las manifestaciones contra la Ley de Amnistía han surgido de las redes sociales, estando protagonizadas por gentes pacíficas, entre ellas bastantes ancianos, algunos de ellos gaseados por los antidisturbios de la Policía Nacional: ¡Cuánto valor, agentes! 

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Que luego algunos grupos de exaltados se enfrentaran a las fuerzas del llamado orden... pues muy mal, pero no dejan de ser una exigua minoría dentro de los manifestantes... pero que ha bastado para jalear que los ultras han salido a la calle y pretenden dar un golpe de Estado o cosa parecida. 

Con ello, se justifica el acuerdo con los separatistas catalanes y vascos, la venta de España a todos aquellos que le tienen manifiesta animadversión a los españoles.   

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Y esto es bello e instructivo, porque resulta que en España apenas existen ultras de derechas pero sí muchos ultras de izquierda. 

De hecho el grupo más importante de extrema izquierda, aquí y en Sebastopol, son los comunistas, y en España los rojos, ahora más progres que rojos, están representados en el neocomunismo de Podemos, ahora en Sumar. Esos sí que son ultras y están en el poder, Ultra de izquierdas, pero sobre todos ultraprogres, ya en categoría Woke, que hacen políticas ultra, que ellos llaman 'progresistas', con todo el potencial de los recursos públicos y del Boletín Oficial del Estado (BOE). 

Lo de la ultraderecha que escrachea la sede del PSOE en la calle Ferraz, empieza a resultar una coña marinera pero hay muchos que se lo creen, e incluso algunos que se asustan ante el "terrorismo callejero" ultraderechista. ¡Qué miedo más curioso a algo que no existe!

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Y en el entretanto, resulta que el único tentado terrorista lo recibe un político de derechas primero en el PP y luego en Vox, Alejo Vidal-Cuadras, quien recibió un tiro en el rostro en pleno centro de Madrid. Y no veo a la policía muy activa en la búsqueda de los terroristas. Incluso la Cadena SER llegó a decir que se trataba de un atraco y El País se apresuró a publicar que el propio Vidal-Cuadras apuntaba hacia los iraníes. ¿Chiítas cometiendo un atentado en Madrid? Pues Pedro Sánchez no ha dicho nada al respecto, porque si una tiranía extranjera como las de los ayatolás, se atreve a enviar asesinos contra un ciudadano español, Sánchez no debería está pendiente de otra cosa. 

Volvamos al espantajo de la ultraderecha, que a lo peor no hemos salido de él. Como el Sanchismo siga por este camino, no descarto que la imagen se haga realidad y que el fascismo de verdad surja en España. El culpable será Pedro Sánchez.  

Y no: Vox no es un partido fascista sino un partido cristiano... que ahora no lo puede hacer peor. Pero no es ultra es católico. Puede ser un galimatías, pero no es violento.

En resumen, en España apenas existe extrema derecha pero sí extrema izquierda... y está en el poder… y el espantajo de la ultraderecha constituye la gran mentira del Sanchismo que ha hecho de los ultras su principal argumento electoral.