Hace un año sin nadie que lo organizara, surgió una protesta espontánea en Cuba, la dictadura más antigua del mundo, comunista, por supuesto. Y es que la gente pasaba hambre y encima la economía de los cubanos se había visto destrozada, aún más, por el elevado precio de los productos de primera necesidad. 

Y el hambre puede forzar la rebelión hasta contra un régimen homicida. 

Y el marxismo continúa exténdiéndose por Iberoamérica

Pero la brutalidad del régimen de Raúl Castro, entonces ya dirigido por Miguel Díaz-Canel, una marioneta de don Raúl, perpetró una represión tan salvaje que acabó con algunos protestones en la cárcel por un cuarto de siglo y con el resultado de un muerto y centenares de heridos. El Régimen lanzó a la calle a sus matones disfrazados de civiles, para hacer el mayor daño posible.

¿Y hoy, cómo está Cuba ahora mismo? Pues aún peor en materia de artículos de primera necesidad Ya saben: viviendo de los familiares en el exterior -todos ellos fascistas, naturalmente- mientras el Régimen, no sólo no se ablanda, sino que se crece, ante el avance del marxismo en toda Iberoamérica. Es un aniversario, este del 11-J, más bien tirando a triste.

Y lo malo es que mientras Cuba resista, el marxismo seguirá expandiéndose por Iberoamérica.