Sr. Director:

Repetiré una vez más, que relato lo que he vivido. En la Iglesia actual no hay fervor, no hay espíritu, al menos en la mayoría de los templos, y la causa es que se ha perdido el sentido de lo sagrado, de lo divino, de lo trascendente. La mayoría de las personas que asisten a los actos religiosos no saben que es lo que se celebra, se ha convertido en una sociedad benéfico-social, solo se habla del hombre, hasta los cánticos están vacíos, todo empeora de día en día, la Iglesia ha profanado el Santo Templo de Dios y han desacralizado lo más sagrado, Dios ya no está allí y a Cristo ni le nombran, es como si Dios hubiese muerto.

Cristo era un ser portentoso defensor de los pobres, pero de su DIVINIDAD nada de nada. ¿Cómo va a estar la sociedad si Dios no existe? Cuando vemos las maravillas de la naturaleza, flores, pájaros, montañas, valles, ríos, el mar etc. Forman un conjunto maravilloso que al contemplarlo te eleva el espíritu, pues esas maravillas fueron hechas por Dios del cual ahora rechazan su existencia. El resultado solo puede ser el que tenemos: no hay alegría, todo se va extinguiendo, solo hay vacío y la persona triste y sin esperanza, camina hacia su propia destrucción. Pero hay que insistir que el culpable mayor de esta apocalíptica situación es la mundanidad y desacralización de la Iglesia Católica, pues a la persona, creada por Dios a su imagen y semejanza, la han abandonado y dejado desesperanzada, buscando donde llenar el vacío interior que siente y que antes encontraba en la Iglesia Católica y ahora ya no es allí donde lo encuentra. Durísimo juicio van a tener estos pastores que han abandonado a sus ovejas, vividores, charlatanes y arribistas, que se han servido de la buena fe de los creyentes, para medrar ellos y ser los protagonistas. ¡¡¡VEN SEÑOR JESUS, NO TARDES MÁS!!!