Sr. Director:
Hay una serie de actos que los políticos actuales, movidos por unos entes poco visibles, como el NOM, la ONU y otros, consideran progresistas y así pretenden hacerlo creer a la sociedad. No hay peor situación que caer en manos de estos políticos que nos arrastran a una dictadura inevitable. Acaban con los valores morales de que disfrutábamos de toda la vida y nos sumergen en una ubicación nada apetecible. Pretenden protocolizar unos perversos movimientos que nos arrastrarán a la más indeseable impudicia.
Una serie de actuaciones del tirano que nos gobierna y que controla el poder de todas las instituciones, nos lleva por los caminos menos recomendables para una sociedad honesta y confiada, sin importarle en absoluto el daño que provoca al ciudadano y a España. Asi consigue este tirano mantener el poder de igual forma que el más ávido de los dictadores. Y ello, además, con la facundia de un maestro embaucador.
Sentimos la presión del déspota que nos gobierna, monopolizando todas las instituciones del Estado, acosando a aquellos estamentos que no se le sometan y creando una corriente social a su gusto y capricho del que no te puedes salir salvo entrar en la perversa asignación de “facha”, “fascista”, “carca”, “retrógrado”, “reaccionario”, etc. No obstante es bien sabido que este comportamiento de los creadores de opinión del gobierno, es lo más lejano que pueda existir al concepto de “progreso”.