Sr. Director:
Alertan importantes medios de comunicación sobre el incompresible auge electoral de los denominados partidos populistas de derechas (si son de izquierda no suele preocuparles). Y es que no se comprende que la gente vote a quienes se oponen al creciente totalitarismo de la ideología de género y del feminismo más irracional, introducidos hasta en las guarderías. No se comprende la sintonía con quienes abogan por la cultura, tradiciones y valores occidentales frente a las imposiciones globalistas de quienes se muestran muy laicistas con el cristianismo, pero sumamente respetuosos hacia cualquier otra religión e incluso con las que ignoran derechos fundamentales de parte de la población. No se comprende que se apoye a quienes defienden la soberanía nacional y el control de sus fronteras exigiendo mayor rigor hacia una parte importante de inmigrantes ilegales y violentos. Y sobre todo no se comprende la acerba crítica que une a estos partidos contra nuestros ancestrales partidos derechistas, centristas, socialistas y comunistas que han demostrado ser garantía de democracia, honradez y cumplimiento de lo que prometen, sin utilizar la política para lucrarse ni para colocar a familiares y amiguetes. Que quienes defienden todo lo anterior resulten cada vez más votados es un fenómeno verdaderamente incomprensible.