Sr. Director:

Cónclave, no sanedrín. Quiso la Providencia que alguien como Francisco gobernara la Iglesia durante doce años para que, según entiendo, saliese a la luz toda la purulencia que estaba encapsulada en sus heridas. Conseguido esto, el momento es decisivo. Son preocupantes las campañas publicitarias que quieren hacernos creer que aquí no ha pasado nada y que lo ideal es continuar con lo que Francisco comenzó, la "reforma" de la Iglesia. Si este es el pensamiento de la mayoría de los cardenales electores, entonces no va a celebrarse un cónclave, sino un sanedrín. Desde hace años la figura de Jesucristo está menguando en la Iglesia. Tan es así que para algunos la Iglesia ya no era de Él, era de Francisco. "La Iglesia de Francisco", decían sin que nadie lo desmintiese. Y desde la muerte de éste, Jesucristo ha desaparecido totalmente. ¿Nos viene un cónclave en el que, cual sanedrín, va a decidir la muerte de Cristo? Pedro es la Piedra sobre la que Jesucristo edificó su Iglesia, luego sin Pedro no hay Iglesia. Si se confirman mis temores y se celebra un sanedrín, entonces levantemos nuestras cabezas, porque Cristo viene. Y si es así ¡¡Aleluya!!