Sr. Director:
La fe es razonable pero parece una contradicción porque lo que sabemos por la fe, muchas de las verdades de fe en sí mismas, necesitan de la ayuda sobrenatural de la gracia para que la persona las acepte. Si afirmamos que Jesucristo es “verdadero Dios y verdadero hombre” es porque tenemos fe, es decir, creemos en lo que la Iglesia nos enseña y lo que Jesucristo quiso revelarnos en su paso por la tierra.
Es por ello que cualquier católico puede, y debe, tener un interés por profundizar en las verdades que cree. No es bueno ir por la vida con una fe por los pelos, suficiente para ir a misa los domingos y sin más pretensiones. En los tiempos que corren es de gran importancia tener argumentos serios, para empujar al dubitativo, para convencer al que se acerca, para convertir a las personas de buena fe pero un poco perdidas.
En la sociedad en que vivimos no nos podemos conformar con que “tengo fe”. Conviene fortalecer esa fe y apoyarla con argumentos serios. El ambiente en los medios de comunicación y en la calle es poco religioso, poco cristiano, y son muchas las personas a quienes podríamos ayudar si tenemos los argumentos a mano.