Sr. Director:

La canonización por el Papa Francisco de los dos hermanos videntes; Santa Jacinta y San Francisco (Marto), despertó de nuevo en el mundo entero un vivo y bien justificado interés por todo lo relacionado con el Mensaje de Fátima. Historiadores, teólogos biblistas intentan profundizar sobre el mensaje, sin agotarlo. Fátima en su plenitud es Dios, que viene al encuentro del hombre, en su deseo de salvarlo. Es una nueva intervención de Dios en la Historia de la Humanidad. No se puede hacer historia del siglo XX sin una referencia obligatoria a los acontecimientos de Fátima, afirmaba con énfasis San Juan Pablo II, el papa mártir de Fátima. De todas partes llegan abundantes las noticias de gritos desesperados. El suicidio se convierte en una tragedia banalizada. Los ataques a la familia y su destrucción con políticas satánicas y nefandas abortos y eutanasia: terrorismos de ayer y hoy, guerras, colocando a la Humanidad en situación de alarma. Pero más alto debe ser el grito de esperanza como ha anunciado el Papa Francisco en su Bula de convocatoria del Jubileo 2025: el siglo XX ha sido el siglo de los mártires: decenas de millones, en número superior a todos los siglos precedentes, amenazan con aumentar en el siglo XXI. La profecía de Fátima-los buenos serán martirizados-, se cumplió más allá de toda previsión. Tanta semilla enterrada no puede quedar infecunda. Dios, supremo conductor de la Historia, ha de bendecir el trigo, de modo que produzca abundante fruto. Como afirmaba el Obispo emérito de Leiria-Fátima: "Nuestra esperanza de Hijos de Dios, será la semilla de la nueva humanidad. En el mensaje de Fátima, la paz está confiada a Nuestra Señora; fue así el pasado y lo será en el porvenir" MI INMACULADO CORAZÓN TRIUNFARÁ. Todo comenzó cuando la masonería portuguesa, una vez proclamada la República en 1910, el pueblo cristiano de Portugal, expoliado de los bienes de la Iglesia y perseguido en sus manifestaciones de fe, se volvió con toda confianza hacia su Patrona y Reina. Todos asumen el compromiso solemne: rezar el rosario todos los días, preferentemente en familia y siempre en común, pidiendo por el resurgimiento temporal y espiritual de Portugal: de estas familias eran las de los tres PASTORCITOS: la de los hermanos Jacinta y Francisco y la de su prima Lucía, la cronista de las apariciones. Todo empezó el 13 de mayo de 1917. Un día inolvidable: los niños videntes exclamaron, cuando se les apareció la Santísima Virgen en Cova da Iría :!Ay, ¡qué Señora más hermosa!

El Papa León XIV, en su primera intervención pública el Domingo del Buen Pastor, durante el rezo del “Regina Caeli”, como lo hizo por última vez el Papa Francisco el Domingo de la Resurrección afirmó: “Ante el dramático escenario de guerra pidamos por el milagro de la paz. Yo también me dirijo a hacer memoria de la historia para no olvidar que se cierne sobre el mundo el dramático escenario de una tercera guerra mundial, repitiendo el llamado siempre actual: “Nunca más la guerra”