Sr. Director: El día siguiente al 27 S yo mismo escribía: "Hay que felicitarse por la alta participación en las elecciones autonómicas al Parlamento de Cataluña, hay que tener en cuenta el magnífico resultado de algunas formaciones como Ciudadanos, que en un contexto hostil se convierte en la segunda fuerza política en Cataluña, y hay que recordar, ante todo, que de lo que se trata a partir de hoy es de formar gobierno autonómico. No obstante, con las incertidumbres y las fracturas generadas, cabe preguntarse cómo va a ser ese gobierno, pues basta recordar que el futuro político de Junts pel Sí está en las imprevisibles manos de la CUP". Y añadía, a qué se va a dedicar el próximo gobierno. Desgraciadamente podemos intuir, también por las primeras reacciones de los dirigentes de Junts pel Sí, que no se va a dedicar a nada de lo que verdaderamente necesita Cataluña, pues nada sobre regeneración moral y política, educación o sanidad han estado presentes en una campaña entregada al esperpento independentista. Ahora más que nunca, Cataluña y el resto de España necesitan políticos que sirvan a la causa del bien común y no aventureros irresponsables que solo piensan en su beneficio particular. En eso estamos, pero, como el conocimiento que me da ser residente en Cataluña durante casi 50 años, empiezo a ser pesimista. ¿Qué Gobierno y para qué? Es una pregunta que, el día 28 de septiembre hubiera contestado pero hoy no la sé responder. M. M.