Sr. Director:
Debería caérsenos el alma a los pies al ver tanta fruta en el suelo o pudriéndose en los árboles. Los cientos de horas que cada pequeño agricultor ha dedicado a productos que ahora no puede vender no deben dejarnos indiferentes.
A todos nos afecta el maltrato institucional con que la Unión Europea trata a la agricultura española en general, y a la valenciana en particular.