Pedro Jhon Sánchez Kennedy
El Ministerio de Defensa acaba de sacar a licitación el nuevo contrato de “suministro de productos misceláneos embarcados en los sistemas de armas T.18 [Falcon] y T.22 [Airbus] del Ejército del Aire” por un importe de 40.000 euros anuales, un 100% más. Es decir, que la despensa del Falcon presidencial aumentará sus bebidas y sus snacks. Hasta ahora, la carta es amplia y variada: incluye botellas de agua mineral de categoría Fuensanta, zumo de naranja Don Simón, refrescos Coca-Cola y Fanta, café Brasilia o Nescafé, cacao Cola Cao, diferentes tés de la marca Hornimans, cacahuetes Eagle, caramelos Solano, patatas fritas Lays, conservas de berberechos Dani, pulpo en salsa gallega Pescamar, anchoas El Consorcio y cervezas Mahou o Voll Damm, entre otros.
Pero, parece que no es suficiente para satisfacer las necesidades de los VIP´s que viajen en los vehículos aéreos de la flota presidencial. Por eso, el adjudicatario del catering deberá garantizar el suministro a los pasajeros de las aeronaves de otras referencias más exclusivas, como vinos Ribera del Duero de reserva “Pago de los Capellanes o equivalente” de hasta 30 euros por botella; vino Rioja también reserva equiparable a El Puntido por hasta 27,70 euros la botella; Brandy Carlos I de 70 cl. por 24,55 euros la unidad; crema de whisky de la marca Baileys o similar por 11,15 euros; orujo de hierbas Ruavieja por 8,85 euros; ron extraviejo Brugal o parecido por 19 euros; ginebra Seagrams o Bombay Sapphire por hasta 18,90 euros, y whisky 12 años Cardhú por 23,20 euros o 12 años Chivas con un precio máximo de 23,70 euros.
Con semejante carta y con lo que utiliza el Falcon al presidente Sánchez le va a costar mantener la línea. La que no va a amortizar la inversión va a ser la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ha viajado a Alicante en el avión presidencial y ha querido dejar muy claro: «Yo que he venido aquí en Falcon. Y lo puedo decir sin ningún problema, únicamente bebo agua, y agua de grifo».