Ese es el momento de subir los salarios en España, sobre todo los salarios bajos. Con un IPC en el 0% y un petróleo que sigue en precios no bajos, sólo razonables, no queda ninguna excusa para subir el salario mínimo e inaugurar una nueva era en la que las ganancias de productividad no se hagan siempre con cargo a los salarios. España es un país de salarios bajos y de una gran diferencia entre salario mínimo y salario medio. Y unido a ello, el PIB crece (3,1%), lo cual es una gran noticia sin duda. Un mérito del Gobierno Rajoy, sin duda. Ahora bien, no se puede mantener de continuo un sistema que hasta ahora nos parecía imposible y que hoy es triste realidad: que la economía vaya bien y las economías particulares no. Y es también el momento de pensar más en los jóvenes y algo menos, sólo algo, en los pensionistas. Porque las cuotas sociales con las que se pagan a las pensiones constituyen, también, la principal barrera para la creación de puestos de trabajo. Hispanidad redaccion@hispanidad.com