El ser humano no nacido es, en definición de San Juan Pablo II, el más inocente y más indefenso de todos los hombres. Tres millones de nonatos han sido asesinados en España, sólo en los abortos, desde que Felipe González despenalizó el aborto (hoy ya es un "derecho") un 5 de julio de 1985. Hemos cumplido 40 años de matanza y 40 años de degeneración como país.

Y hablo sólo de aborto quirúrgico. Los homicidios con aborto químico -anticonceptivos- y los muertos en clínicas FIV son muy superiores.

Porque esa es otra, todo en el aborto es una gran mentira. Por ejemplo, se distingue entre aborto y anticoncepción, cuando el primero es quirúrgico y se nota más pero el segundo es silencioso, farmacológico, es lo mismo y mata a muchos más seres humanos. 

Felipe González promulgó el aborto el 5 de julio de 1985 y Aznar y Rajoy ni lo tocaron. A partir de ahí vino la degeneración de España

En otras palabras: la gran verdad oculta es que todos los anticonceptivos que ahora mismo se gastan en cualquiera de las millones de farmacias que existen en el mundo son potencialmente abortivos, es decir, que están preparados para actuar antes o después de la fecundación... y es en la concepción cuando nace un nuevo ser humano con una identidad genética individual, distinta de la del padre y de la de la madre: un ser humano según la ciencia, que repara en la identidad genética y no en otra cosa.

Lo mismo ocurre con la idea generalizada de que la Fecundación in Vitro (FIV) proporciona vida, cuando lo cierto es que proporciona muerte. Las FIV son el gran negocio de la muerte actual. Las clínicas de fecundación asistida son abortorios encubiertos o bien, casi peor, mataderos de aniquilación de embriones humanos (en el caso de la preimplantación).

Felipe González promulgó la despenalización del aborto un 5 de julio de 1985 y Aznar y Rajoy ni lo tocaron, ni en 1996 ni en 2011. De hecho, ya antes de 1996, cuando Aznar sucedió a González, el presidente del PP había determinado que, cuando llegara al poder, no movería un dedo en favor del más inocente y más indefenso todos los seres humanos. 

Rajoy hizo lo propio y a Feijóo casi se le escapa lo del "derecho al aborto", con lo que opositaba a la Blasfemia contra el Espíritu Santo, el pecado que no se perdonará ni en este mundo ni en el venidero ... y ahí continúa.

Con aborto no hay democracia, porque sin el derecho a la vida, el resto de derechos carecen de sentido

40 años de degeneración de España, la culpa no la tiene Sánchez, quien, naturalmente también es abortista. La culpa la tiene lo que Julián Marías, ya en el siglo XX, calificó como el gran mal nuestro de tiempo: la aceptación social del aborto. 

Y recuerden: con aborto no hay democracia, porque sin el derecho a la vida, el resto de los derechos carecen de sentido.

En su programa diario en YouTube, el obispo de Orihuela-Alicante, Mons. José Ignacio Munilla, se ha echo eco de estos 40 años de degeneración y del informe elaborado por Spei Mater (ver documento adjunto).