Sr. Director:
El próximo 14 de diciembre comienza a debatirse el proyecto de Ley de Memoria Histórica en el Congreso de los Diputados.
Todos sabemos la afición del Gobierno Zapatero en resucitar a Franco, y sobre todo, en recordarnos la Guerra Civil. A ZP le motiva echar mano de enfrentamientos del pasado para capear las múltiples críticas a su gestión. Por eso se creó una Comisión Interministerial para llevar a cabo el anteproyecto de Ley de Memoria Histórica que en breve se remite al Parlamento.
Para empezar, el gobierno del talante y la tolerancia, dictó una orden ministerial en la que abría una línea de subvenciones especiales a las asociaciones y agrupaciones de particulares que trabajan por la recuperación de la memoria histórica. Según la disposición, han podido optar a subvenciones aquellas asociaciones, fundaciones y organizaciones constituidas antes del 10 de septiembre de 2004 (BOE 17 de diciembre), para realizar trabajos de investigación, exhumación e identificación de desaparecidos violentamente durante la guerra civil o durante la represión política posterior y cuyo paradero se ignore.
La disposición financia la instalación de placas conmemorativas u otros elementos identificativos en las fosas comunes que no sean objeto de exhumación. Al tiempo, costea la recopilación de testimonios orales de las víctimas directas de la guerra civil y del franquismo, la aportación de documentos particulares, la elaboración de censos de edificaciones de obras públicas realizadas por los llamados batallones disciplinarios de prisioneros sometidos a trabajos forzosos y de colonias penitenciarias. La orden estima susceptible de recibir subvenciones los cursos, seminarios, estudios sobre las víctimas del franquismo. En este punto, una comisión técnica decide qué proyectos merecen ser financiados y cuáles no.
La estrategia es ya clásica en este ejecutivo socialista: se recurre a la Guerra Civil cuando se ve en apuros. Como si desenterrando el pasado pudiese desviar la mirada de un presente que está mermando su base electoral. Muy mal le deben ir las cosas a Zapatero.
Jaime García Nogales
jgn14@hotmail.com